¿Prefiere los animales a la gente?
No, me gustan los animales mucho, pero me gusta estar con los demás y conocer gente nueva, que hablen otras lenguas y conozcan ciudades y lugares que yo no conozco. A mi hija le encantaría tener un perro y lo tendríamos pero, como viajamos mucho, eso complicaría los viajes.
La lealtad, en particular. Y el espíritu de colaboración. Escribir es lamentablemente un ejercicio solitario y cada vez me gusta más hacer cosas con otros, estar en proyectos con los demás.
Depende bastante de la situación y del medio en que me hallo. El mundo académico, en particular el americano, tiende a la corrección, a lo que conviene decir según la oportunidad más que a la verdad. Pero en lo que escribo soy yo mismo y es ahí donde está mi verdad. Y, desde luego, tengo una vida más allá del medio académico.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
No tengo mucho tiempo libre. El concepto de aburrimiento no existe para mí porque siempre procuro estar ocupado en algo que me estimule. Aunque, claro está, están los comités, la burocracia, los embotellamientos en el tráfico de Los Angeles, etc.
Estoy siempre procurando adaptarme a la idea de que voy a dejar de ser. Las excusas de que uno perdura en los libros, los hijos, no me colman demasiado. Tal vez, cuando aprenda de verdad a aceptar la idea de la muerte, ya sea demasiado tarde. El alzheimer en particular me aterroriza, no solo por mí sino por los que están a mi alrededor.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Bastantes cosas, pero mencionaré una en particular. Que un jugador de baloncesto o fútbol o una cantante gane millones de dólares al año mientras que un trabajador o artista anónimo no tenga los quinientos dólares al mes con que pagar su alquiler.
Viajar, moverme de un lugar a otro hasta conocer todo el mundo
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
¿Sabe cocinar?
Mis especialidades son la lasagna y algunas sopas, como de guisantes. También soy bastante bueno con algún tipo de pastel, el de calabaza, que preparo para la fiesta de Halloween, me sale bastante bien, o al menos, así dicen mis invitados.
La verdad es que no estoy muy familiarizado con esa revista. Admiré siempre mucho y sigo admirando a Edward Said, el escritor e intelectual palestino, profesor en la Universidad de Columbia en Nueva York. Admiro su integridad intelectual y el hecho de que la cátedra no le impidió tener una vida diversa e intensa, más allá de las aulas confortables y seguras.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Paz, Peace, Friede, Paix, Pau, Pace… En todas las lenguas, la misma aspiración legendaria que espero algún día realicemos.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, soy profundamente pacifista, aunque continúa impactándome el vídeo de Neville Chamberlain, el primer ministro británico, a su regreso de la reunión en Munich con todo el aparato del fascismo de esa época, Hitler y Mussolini entre ellos, mostrando un documento firmado solemnemente que, según sus palabras, traía peace in our time, paz para nuestro tiempo. Al poco, empezaba un conflicto monstruoso, en parte, por la actitud pacifista de figuras como Chamberlain. Pacifista siempre, pero hay que saber enfrentarse a la opresión y el abuso.
Siempre me ha gustado la medicina y lo que ser médico representa como aportación a aliviar un hecho consustancial con la condición humana, el sufrimiento, el dolor
¿Cuáles son sus vicios principales?
¿Y sus virtudes?
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Como dije, hago natación, procuraría nadar y salvarme.