domingo, 14 de julio de 2013

Entrevista capotiana a Pablo d’Ors

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Pablo d’Ors.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi casa.
¿Prefiere los animales a la gente?
No.
¿Es usted cruel?
Procuro no serlo.
¿Tiene muchos amigos?
Bastantes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La incondicionalidad. El amor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
La lectura y el paseo.
¿Qué le da más miedo?
Las películas de terror, no las soporto.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
El hambre en el mundo y un millón de cosas más.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Quizá lector.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Senderismo.
¿Sabe cocinar?
No.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Charles de Foucauld.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Estupor.
¿Y la más peligrosa?
Diablo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy cristiano.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Es difícil, porque estoy contento con lo que soy. Si tuviera esa vocación, querría ser monje.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El alcohol, pero no llega a vicio.
¿Y sus virtudes?
La autenticidad.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mi madre, supongo, y alguna imagen de Cristo, supongo también, o de la Virgen.

T. M.