jueves, 15 de agosto de 2013

Entrevista capotiana a Ginés S. Cutillas

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Ginés S. Cutillas.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La biblioteca de Babel.
¿Prefiere los animales a la gente?
Cada vez más.
¿Es usted cruel?
No, pero podría serlo, y mucho.
¿Tiene muchos amigos?
Amigos pocos, conocidos muchos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La lealtad, la incondicionalidad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Los de verdad raramente. Los otros no son amigos.
¿Es usted una persona sincera? 
Intento serlo, pero no siempre se puede.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Desde luego, no contestando encuestas.
¿Qué le da más miedo?
Que te olviden.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Los reality shows.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Pintor, si tuviera perspectiva; Músico, si tuviera ritmo.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Me gusta nadar.
¿Sabe cocinar?
Sí, y además pienso que las personas a las que le gusta cocinar no pueden ser malas.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Rodion Raskolnikov, Gregorio Samsa... 
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Taxi.
¿Y la más peligrosa?
Bomba.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
A Jorge Bucay.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Me aburre la política soberanamente.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Una persona feliz.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Compartir sobremesas con los amigos.
¿Y sus virtudes?
Cocinar para reunirlos.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
La belleza del momento, la persona amada.

T. M.