miércoles, 9 de octubre de 2019

Entrevista capotiana a Mara Mahía


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Mara Mahía.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Manhattan, década de los 90.
¿Prefiere los animales a la gente?
Sí.
¿Es usted cruel?
A veces sí.
¿Tiene muchos amigos?
Suficientes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Lealtad, inteligencia, fiabilidad, comprensión.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Los que me decepcionan no son mis amigos.
¿Es usted una persona sincera? 
Demasiado.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Escribiendo y dibujando.
¿Qué le da más miedo?
El futuro.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La injusticia.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Habría sido pianista, pintora, cineasta o veterinaria.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Corro y nado.
¿Sabe cocinar?
Me defiendo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Harriet Tubman.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Amar.
¿Y la más peligrosa?
Ignorancia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
¿Quién no?
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Demócratas.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Árbol.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Me como las uñas.
¿Y sus virtudes?
No sé mentir. Pero no sé si eso es una virtud.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Un barco que me salvara cuanto antes.
T. M.