martes, 22 de julio de 2014

Entrevista capotiana a Arquímedes González

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Arquímedes González.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Nicaragua.
¿Prefiere los animales a la gente?
Cada vez prefiero más a los animales. Encuentro mejores cualidades humanas en los animales que en las personas.
¿Es usted cruel?
Sólo con los personajes de mis novelas y cuentos.
¿Tiene muchos amigos?
No, y por desgracia cada vez me quedan menos amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
No exijo a mis amigos una lista de cualidades ni pretendo que sean perfectos, pero quisiera que fueran leales, que no sean chismosos, envidiosos o egoístas, que cuando uno esté en problemas, actúen como amigos, no como espectadores o como cobardes callados, que se queden conmigo sin importar la política, el fútbol, las mujeres, el dinero, las diferencias de puntos de vista o el paso del tiempo.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Sí. Muchos me han decepcionado y por eso la lista se ha hecho corta, muy corta.
¿Es usted una persona sincera?
Sí, aunque a veces desearía ser menos sincero y decir las cosas con más tacto, pero no puedo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo un libro, ir al mar para disfrutar del atardecer, ver las estrellas y besar a la mujer que más quiero…
¿Qué le da más miedo?
Me dan miedo los políticos, los fanáticos, la doble moral, los que engañan, hacen el mal, matan y en la noche se persignan, lo que las personas sienten y piensan pero callan, el amor no correspondido, el beso no dado, el abrazo negado, las sonrisas fingidas, las horas idas…
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La pobreza y la injusticia social en Nicaragua, la corrupción y la demagogia que practican a diario los políticos en mi país.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Hubiera sido surfista.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí, camino una hora todos los días.
¿Sabe cocinar?
Aprendí en Japón. En 1996 obtuve una beca para estudiar Telecomunicaciones en la Universidad de Tokio y en la cocina del edificio de estudiantes aprendí a cocinar, aunque a veces casi causaba incendios.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Yo elegiría a Virginia Woolf.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Ai () Significa “Amor” en japonés.
¿Y la más peligrosa?
“Minder marokkanen in Nederland…” (Menos marroquíes en Holanda…) dichas hace unas semanas por el neonazi, xenófobo y ultraderechista holandés Geert Wilder ante una enardecida turba de hitlerianos seguidores de su banda.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí, pero creo que hay que dejarlos vivir para que con el tiempo vean la ruina de sus vidas causada por las malas acciones cometidas contra los demás.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
En Nicaragua la política ha destrozado la vida de muchas familias. La estirpe de los Somoza mantuvo una dictadura de cuarenta años con un aparato militar que secuestró, torturó y mató a cientos de opositores. En los años ochenta los que derrocaron a Somoza hundieron a los nicaragüenses en la pobreza y diez años de guerra en la que murieron en las montañas quinientos mil jóvenes nicaragüenses defendiendo los discursos de desquiciados dirigentes que desde sus poltronas enfrentaban al genocida Presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, quien financió a militares para atacar a Nicaragua desde bases militares en Honduras. Después la derecha, a excepción de la administración de Violeta Barrios de Chamorro, se encargó de saquear y robar a los nicaragüenses a como el ex Presidente Arnoldo Alemán y varios de sus funcionarios que se robaron más de 300 millones de dólares del erario público y viven tranquilos administrando sus haciendas y empresas. Y actualmente llevamos siete años gobernados bajo una pandilla que se proclama revolucionaria, socialista, cristiana y solidaria, pero que envía grupos de choque para garrotear y machetear a los opositores, que usa el linchamiento público en sus medios de comunicación para descalificar a los críticos, que ha incrementado la pobreza, la injusticia y la desigualdad social en el país y se ha aliado con los empresarios corruptos creando en contubernio grandes empresas familiares. En Nicaragua la pareja presidencial controla la justicia, el poder electoral, la policía, los militares y cada diputado, ministro y funcionario público tiene que ser un lameculo con los que gobiernan para garantizar su puesto y sus excesos. Definitivamente no soy de derecha, pero tampoco me identifico con las tendencias populistas, corruptas y demagógicas que se dicen de izquierda, revolucionarias y socialistas que ahora abundan por toda América Latina porque ya hemos visto, actúan peor, mucho peor que la derecha.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Me gustaría ser el Ave Fénix.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Leer mucho, escribir todos los días, corregir, ser demasiado idealista, creer aún que el amor existe...
¿Y sus virtudes?
Ser curioso. La curiosidad me ha hecho conocer muchas cosas para hacer mis libros y todos los días encuentro algo que me falta por aprender.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Ya me pasó una vez en una playa de Nicaragua. Mientras nadaba tuve calambres en las piernas y me hundí por varios segundos. Me vinieron a la mente mis hijas, los abrazos de mi madre, mi hermana y el rostro de la mujer que más he amado.

T. M.