«El
último mundo burgués», 1966
Tras recibir un telegrama en el que se le
transmite el suicidio de su exmarido, Liz, impactada por la noticia, rememora
aquella relación, marcada asimismo por los avatares políticos que estaban
sucediendo en Sudáfrica. Como en muchos cuentos y novelas de Gordimer, aquí se
desarrolla una historia de amor con el trasfondo de los conflictos raciales,
como había reflejado poco tiempo atrás en la novela «Ocasión de amar», otra
historia turbulenta entre un pintor negro y una joven blanca.
«Un
invitado de honor», 1970
En esta ocasión, Gordimer habla de un indefinido
país africano que acaba de independizarse para urdir un argumento donde las
suspicacias e hipocresías políticas se hacen patentes. El coronel Bray, antes
perseguido pero ahora invitado de honor del nuevo presidente, un antiguo
camarada de lucha armada, verá que el nuevo gobierno en realidad esconde
bajezas que él no sabe cómo abordar, más después de haberse enamorado
perdidamente de una joven.
«El
conservador», 1974
Una de las obras más difundidas de la
autora sudafricana. Se narra la peripecia de un empresario maduro que no quiere
renunciar a las mujeres ni a la buena vida, en parte proporcionada por la
explotación a la que somete a los negros que cuidan de su finca o demás siervos
que le facilitan todo. Gordimer consigue aquí recrear la vida de diversos
grupos sociales, de los guetos especialmente, comparando la existencia burguesa
en el campo y la ciudad.
«La
hija de Burguer», 1979
La muchacha a la que alude el título
responde a Rosa, a cuyo padre, cuando ella era tan solo una niña, condenaron a
cadena perpetua tras acusarlo de revolucionario. La muerte del pobre hombre
despertará la conciencia de Rosa, y la trama entonces se desplegará hacia el origen
del Partido Comunista sudafricano o la lucha antiapartheid, a medida que la
mujer, convertida en investigadora, descubre el pasado de su padre mediante
antiguas amistades y familiares.
«La
gente de July», 1981
La realidad racista en Sudáfrica era
terca, y Gordimer respondió a esa injusticia con esta historia sobre Maureen y
Bam Smales, una pareja muy concienciada con el conflicto racial que siempre
trata con tacto a su criado negro, July. Pero entonces surgen unas revueltas populares
y los Smales han de esconderse en la aldea de July por temor a que atenten
contra su vida. Se cambian, pues, las tornas: los amos son los vigilados, y
habrán de adaptarse a ello.
«La historia de mi hijo», 1990
He aquí la historia de Sonny, hombre
respetado y culto que vivirá la irrupción en su vida de una activista blanca;
historia descrita por el cronista de la vida familiar, su hijo Will, que está
obsesionado por su padre y por la amante, Hannah. Ésta está consagrada a
defender los derechos de los negros, a través de una ONG, en una Sudáfrica que «atrae
a la gente no sólo por necesidad económica, sino también por la fascinación del
compromiso en la lucha política».
«Nadie
que me acompañe», 1994
Gordimer se centra aquí en el perfil de
mujer blanca, de profesión jurista, que se entrega a la defensa de los derechos
de los negros pero que en ello encuentra problemas en el orden personal. Lo
interesante es que se recrea la etapa posterior a la abolición del apartheid y se
desarrolla el proceso de una persona que ha de cumplir con su compromiso
profesional al tiempo que lleva a cabo sus ideales de justicia social; aunque
tal cosa provoque a veces situaciones familiares injustas y deslealtades.
«Atrapa
la vida», 2006
Un hombre llamado Paul Bannerman debe
enfrentarse a un cáncer de tiroides y, por culpa de un tratamiento químico muy
intenso, se convierte en una persona radioactiva. El resultado es que su
relación con sus padres, su esposa y su hijo cambian por completo, pues tiene
que alejarse de todo contacto humano evitar contagios. Aislado en la casa
paterna, Paul deberá replantearse en soledad sus propias contradicciones: las
de un ecologista enfrentado a la energía nuclear.
«Beethoven
tenía algo de negro», 2008
Gordimer se dedicó desde el inicio de su
andadura literaria al género del relato, con el libro «Six Feet of the Country»
(1956), que va a practicar toda la vida. Es muy de destacar este volumen que
agrupa un conjunto de historias donde se aborda la reivindicación inversa de
los negros, que exigían los mismos derechos que los blancos. Pero Gordimer da
la vuelta a esa idea y hace al hombre blanco, con gran ironía, como sufridor de
problemas que nos acucian hoy en día.
«Mejor
hoy que mañana», 2012
Novela que sigue los pasos de una familia
de Johannesburgo desde finales del siglo XX hasta 2009. En ella, aparecen
disquisiciones políticas en boca de un numeroso grupo de personajes que
proyectan cómo la conciencia colectiva está obligada a la convivencia, a
olvidar o recordar lo sucedido en el país siempre con un trasfondo de
desencanto. Pues pese a Mandela, a los sacrificios, a la reconciliación,
Sudáfrica no puede abstraerse de la mixtura que a tantos incomoda.
Publicado en La Razón, 15-VII-2014