miércoles, 11 de enero de 2023

Entrevista capotiana a Fulgencio Antonio López Agüera

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Fulgencio Antonio López Agüera.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi casa del campo. Mis bancales, mi huerto, mis árboles…

¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero los animales y la gente. No hago distinciones.

¿Es usted cruel?No me gusta la crueldad.

¿Tiene muchos amigos? Pocos y muy buenos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? La bondad, la generosidad, la complicidad…

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Nunca.

¿Es usted una persona sincera? Intento serlo, aun cuando miento.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Viajando, en el cine, oyendo música, con mis amigos…

¿Qué le da más miedo? La enfermedad, la soledad, la oscuridad…

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? No se me ocurre nada a estas alturas que me escandalice.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me habría encantado ser músico.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Suelo ir a nadar a la piscina y cuido mi huerto.

¿Sabe cocinar? Sí y me encanta.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A San Juan de la Cruz.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Luz.

¿Y la más peligrosa? Crueldad.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Nunca.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? No tengo tendencias políticas.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? ¡“Deseo de ser piel roja”, como Panero!

¿Cuáles son sus vicios principales? Tengo unos pocos, inconfesables.

¿Y sus virtudes? Soy una buena persona.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Nada en particular. Sólo luz, mucha luz.

T. M.