domingo, 12 de febrero de 2023

Entrevista capotiana a Hugo Semoloni

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Hugo Semoloni.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? El Infinito.

¿Prefiere los animales a la gente? Para mí todos los seres vivos, y todo está vivo en el universo, son lo mismo y venimos de lo mismo.

¿Es usted cruel? No.

¿Tiene muchos amigos? Sí.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Las cualidades que tengan, son las que respeto y busco.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? La decepción es producto de la incomprensión y la expectativa y comprendo a mis amigos y solo espero de ellos lo que me quieran compartir.

¿Es usted una persona sincera? Intento no engañarme a mí mismo... 

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Escribiendo, meditando y leyendo y compartiendo con mis amigos.

¿Qué le da más miedo? El pensar que el miedo no existe y no reconocer que el miedo es el único tirano del ser humano.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La violencia.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Pintar.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Caminar.

¿Sabe cocinar? Sí, mi especialidad son las pastas.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? La primera mujer escritora de la historia, Enheduanna.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor.

¿Y la más peligrosa? Inconsciencia.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? La cooperación, el compartir y la bondad son la única política que debería existir.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Árbol.

¿Cuáles son sus vicios principales? Uff... tengo tantos que mejor no enumerarlos.

¿Y sus virtudes? Eso, mejor que lo contesten otros, (confío en que sean generosos)

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? No tengo ni idea, si llega el momento lo sabré.

T. M.