En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jordi Cicely.
Si tuviera que vivir en un solo lugar,
sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? En cualquier lugar que me
diese inspiración para escribir, ahí es. Aunque tengo cinco preferidos: Mi
pueblo de Bedús en Friol, la ciudad de Londres, la romántica Braga en Portugal,
La Habana en Cuba y cómo no, el pueblecito de Cicely de Doctor en Alaska
conozco a la perfección los cinco, incluido Cicely y ahí se encuentra para mí
la paz. Bueno...también mi casita de Ferrol, pero es muy pequeña para no salir.
¿Prefiere
los animales a la gente? Prefiero a los animales que entienden como
las personas, mis perros son un buen ejemplo de ello. Pero de la misma manera,
también prefiero a las personas que les gustan los animales.
¿Es
usted cruel? Con mis enemigos siempre. Por eso creo que no los tengo
jajaja.
¿Tiene
muchos amigos? Tengo los suficientes en los momentos clave y
me lo han demostrado muchas veces, otros que creía que no lo eran, me han
asombrado para bien, sin duda una bonita sorpresa que me queda dentro. En mi
etapa de bajón al reescribir mi novela “Mariela envenena mis sueños” hace unos
tres años, mis amigos y sobre todo mis amigas, fueron mi salvación. Siempre he
tenido muchísimas más amigas que amigos, me siento más cómodo con ellas, de
hecho muchas decían: “Jordi es como una chica”. Todos y todas dentro, nacemos y
vivimos con nuestra parte femenina y masculina, cada cual desarrolla más su
parte, la mía está claro que es la parte femenina y a la vez se ensambla con la
otra parte formando un todo. El día que se comprenda este mensaje, que nada tiene
que ver con la guerra de sexos en la que estamos envueltos desde los albores de
los tiempos, tendremos un mundo mejor. Es el mensaje que Budda nos dejó sobre
el Nirvana.
¿Qué
cualidades busca en sus amigos? Que no me mientan, que sean personas íntegras
y que no me dejen cuando los necesito.
¿Suelen
decepcionarle sus amigos? Si me decepcionan dejan de ser mis amigos.
¿Es
usted una persona sincera? Creo que es una de mis mayores virtudes junto
con la tenacidad y la espontaneidad.
¿Cómo
prefiere ocupar su tiempo libre? Viajando, viajando, viajando, escribiendo,
leyendo o haciendo deporte, pero todo esto, siempre acompañado de la música,
que no deja de sonar ni un segundo.
¿Qué le
da más miedo? Antes me daba un miedo atroz el abandono emocional, el
posterior camino de la soledad y la incertidumbre del futuro. Ahora todo eso ya
quedó atrás, lo he superado y lo que me da miedo de verdad, es no seguir siendo
quien soy y volver a lo que fui.
¿Qué le
escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? No soy
de los que suele escandalizarse en absoluto. He vivido muchas vidas en mis 44
años, mucha gente jamás vivirá tanto en toda su vida de lo que llevo hasta
ahora. No me verás como esas personas que se escandalizan antes las noticias
que salen en la televisión, de hecho ni la veo. No me escandalizo y es por una
razón, no soy un hipócrita y un cínico. Cuando eres uno de estos dos ejemplos,
siempre sueles escandalizarte de lo que hacen los demás, pero luego seguramente
lo hagas en tu casa al cerrar la puerta. No entiendo esta actitud que se ha
instalado en mucha gente, pero seguramente tiene que ver con la sociedad de lo
políticamente correcto y el queda bien que nos han metido a la fuerza. Fíjate,
mucha gente se escandalizo de mi novela “Mariela envenena mis sueños”, incluido
alguna editorial grande, porque hablaba entre muchas otras muchas cosas, de un
par de tipos que iban de fiesta por la noche para ligar y tener sexo y así
aplacar su dolor interior. ¡Vamos! Como si nunca nadie (hombres y mujeres)
hubiese hecho eso jajajaja. En realidad me dan lástima, porque no se que
intentan conseguir, ni de que intentan escapar con ese postureo. Ahora todo el
mundo quiere ir de santo, pero yo no me lo creo.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Empecé siendo pintor y gané varios certámenes de pintura cuando era un niño, todo cambio cuando desapareció el Niño Pintor de Málaga David Guerrero Guevara en el 87, aquello me impactó muchísimo, y no miento si digo que fue uno de los tres momentos más dolorosos de mi vida, fue un shock a mi corazón, cogí un miedo atroz, lo recuerdo como si fuese hoy y no quise volver ir clases de pintura, ni volví a pintar, es más, hasta se me olvidó, ahora no doy dibujado nada bien. Luego me dediqué al cine, estudié producción y tuve una productora de cine que hacía cortometrajes, mediometrajes y algún largo, pero no guardo un bonito recuerdo, digamos que fue una etapa de transición que salió bien en cuanto a éxitos, pero nada más. Sinceramente donde más feliz fui jamás, es ahora siendo escritor y es lo que quiero ser, tengo una libertad que no tuve en otro momento, todo lo contrario al cine, lo pienso ahora fríamente y un escalofrío recorre mi cuerpo, no echo de menos nada de eso, ni a nadie de mi época en el audiovisual.
¿Practica
algún tipo de ejercicio físico? Practico mucho deporte, muchísimo. Siempre practiqué
Fitness, me encanta cuidarme. Voy todos los días al gimnasio desde hace años,
fui incluso profesor de Spinning cuando estaba en la veintena. Siempre le di a
las pesas, hice y hago escalada y participé en Trails… Ahora estoy practicando
un arte marcial mixta como el Sanda o Sanshou que
es muy parecido al Kickboxing y me encanta.
¿Sabe
cocinar? No, pero esta última etapa he aprendido bastante, lo justo
para sobrevivir. Comencé a hacerlo cuando vivía en Londres, no me quedaba otra.
Ahora viviendo con mi pareja estamos aprendiendo los dos, por lo que dice no lo
hago nada mal, pero tampoco soy un loco de la cocina, ni me entusiasma cocinar
y además detesto los programas de chefs que tan de moda esta. Lo que me gusta
es comer, eso mucho.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje
inolvidable», ¿a quién elegiría? Tengo varios, el primero, mi referente
literario Jack Kerouac y sus colegas de la Generación Beat, estoy aquí por
ellos. Luego Stevie Nicks la cantante de Fleetwood Mac, el personaje de Claire
Danes que interepretaba en My so Called Life, a Joel Fleischam de Doctor en
Alaska, a Johan Cruyff y su Naranja Mécanica, a Fredie Mercury, creo que este
sería el que más me impactaría, junto con Brian Wilson de los Beach Boys, con
este último tengo un paralelismo emocional en la manera de hacer las cosas que
uno ama, por esa razón sería un desafío para mí.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Me encanta solpor en gallego, que es atardecer en castellano, Sunset en inglés y pôr do sol em português. Es una palabra que suena genial siempre, además es mi parte del día preferido, sobre todo en verano y con sol, piensa que es la única vez que se puede ver el Rayo Verde por ejemplo y eso ya es algo extraordinario. Me encanta el color del cielo cuando llega este momento y todo lo que significa. Yo soy muy nocturno, escribo de noche y un atardecer anuncia la llegada de la inspiración y no queda otra más que ponerse a escribir.
¿Y la
más peligrosa? Indiferencia, es una palabra de la que nadie
se acuerda, pero es tremendamente peligrosa, mucho más que guerra, muerte,
armas... Si somos indiferentes a lo que nos rodea todo está perdido. Fíjate,
hemos sido indiferentes a muchas cosas terribles a lo largo de la historia, el
machismo, el Sida, la homofobia, el racismo, a los derechos humanos, a los
dictadores... creíamos que mirando para otro lado todo pasaría y no fue así.
Las cosas comenzaron a cambiar cuando alguien dijo basta, esta última, una de
las palabras más poderosas de nuestra sociedad y nos cuesta mucho pronunciarla.
¿Alguna
vez ha querido matar a alguien? Hace años sentía mucho odio a las personas
que me dañaron, les deseaba lo peor, pero te das cuenta que cuando te centras
en odiar a alguien, te estás haciendo daño a ti, porque el mal es como un círculo
y siempre vuelve a su origen. Al final te corroe por dentro y no sale de ti.
Hoy he aprendido a canalizar la frustración y el rencor, creo que es mucho peor
la indiferencia, por ejemplo. Tenemos que recordar que Odio y Amor van unidos,
pero lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia.
¿Cuáles
son sus tendencias políticas? No lo sé ni yo, mucha gente que me escucha
siempre dice lo mismo, que no saben dónde meterme, ni tampoco encasillarme y
eso es como un piropo para mí. He viajado y viajo mucho alrededor del mundo,
indagado para saber más en cada sitio que he estado y creo he visto muchas
cosas que se estrellan con los idealismos y eso me ha pasado factura no
creyendo del todo a nadie, por eso unas veces me escuchas y piensas que soy de
derechas y otras de izquierda. Tengo que decir que me quedó con las ideas
coherentes, las cuales, simpatizando con un partido político es muy difícil de
conseguir.
Si
pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Hace años quería ser
locutor de radio, lo intenté y no salió. Hoy ya no es una obsesión en absoluto
como antes, los tiempos y la vida me han cambiado y con ellos mis gustos
vitales. Lo repetiré mil veces y no me canso, donde más feliz fui es en la
escritura, de echo es algo que siempre quise hacer desde el mismo día que llego
a mis manos “On the Road” de Jakc Kerouac, al terminar de leer ese libro dije:
“Joder, quiero ser como este tipo”, tenía 19 años cuando esto ocurrió y hoy
estoy aquí, donde siempre quise, si se ha conseguido ¿por qué pensar en ser
otra cosa?
¿Cuáles
son sus vicios principales? No tengo malos vicios como el tabaco, las drogas
o el alcohol. Mi vicio principal es la música, compro muchísimos cds y vinilos,
gran parte de mi dinero está metido ahí, aunque también los libros son parte de
mi derroche y tengo que decirlo, las figuras de dinosaurios de Schleich, me encantan. Pero si
hablamos de otro tipo de vicio, es sin duda el mate, no puedo vivir sin él los
fines de semana. Soy como esos fumadores y alcohólicos de las noches de fin de
semana y que no recurren a su vicio el resto de la semana. Llega el viernes por
la tarde y llega la hora del mate, se para el mundo para mi. Desde que lo tomé
por primera vez hace cinco años, me acompaña siempre de viernes a domingo, es
un ritual estipulado y necesario.
¿Y sus
virtudes? Creo que las tengo muy definidas y se ven enseguida, no
suelo esconder mis armas personales, pero es mejor que las digan los demás,
porque nunca es igual como te ven a como te ves tú.
Imagine
que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían
por la cabeza? ¿Quieres que te diga que pienso esto muchas
veces? Realmente creo que se me pasaran muchas imágenes que están durmiendo en
el subconsciente de las que ya no me acuerdo y que me sacaran una última
sonrisa. Como cuando alguien te recuerda algo de tu niñez, un programa, una
canción, un objeto que seguramente conocías, pero que por alguna razón se
borró, salvo cuando te lo recuerdan, que vuelve a tu mente y todo tu esquema
emocional sufre una sacudida.
T. M.