En 1972, Truman Capote publicó un
original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló
«Autorretrato» (en Los perros
ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con
astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus
frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman
la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de
la vida, de Roger Wolfe.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La Costa Azul francesa.
¿Prefiere los animales a la gente?
Sí.
¿Es usted cruel?
Puedo serlo.
¿Tiene muchos amigos?
No.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Devoción absoluta.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera?
¿Es usted una persona sincera?
Sí, salvo cuando el
instinto de supervivencia física recomienda lo contrario, o en ciertos casos en
los que decir la verdad me produciría una sensación de vergüenza ajena
demasiado insoportable.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Hacer el amor es lo
único que vale la pena. Después, fumar, beber té o café y mirar por la ventana.
¿Qué le da más miedo?
Mi propia ignorancia.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo
que le escandalice?
No tolero la
ingratitud, ni la mala educación, ni que el fuerte le pegue o le haga daño al
débil.
Si no hubiera decidido ser escritor,
llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Hubiera sido médico.
¿Practica algún tipo de ejercicio
físico?
Desde hace treinta años
doy un paseo vigoroso de una hora, todos los días, con el perro o con los
perros (he tenido varios a lo largo del tiempo). En inglés se llama constitutional. Cuando estoy de viaje
doy también mi paseo; pero sin perros no es lo mismo.
¿Sabe cocinar?
Sí. De hecho, estuve
a punto de convertirme en cocinero profesional.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre
«un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A William Brown, el
protagonista de los libros para niños de Richmal Crompton. Si tuviera que ser
sobre un personaje real (una persona, viva o muerta), elegiría a Félix
Rodríguez de la Fuente.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la
palabra más llena de esperanza?
Silencio.
¿Y la más peligrosa?
¿Y la más peligrosa?
No hay palabras
peligrosas, sino gente peligrosa.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Anarco-conservador y
conservacionista.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le
gustaría ser?
Más arriba he dicho
que médico. Ahora añado: jardinero. Preferiría lo segundo.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Soy obsesivo (si es
que la obsesión es un vicio).
¿Y sus virtudes?
Soy leal.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué
imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Las de mi madre y mi
abuela materna y las de los perros que he tenido en mi vida.
T. M.