miércoles, 29 de marzo de 2023
Reescriben las obras de Agatha Christie: la última víctima de la censura «woke»
martes, 28 de marzo de 2023
Entrevista capotiana a C. J. Nieto
En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de C. J. Nieto.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi hogar.
¿Prefiere los animales a la gente? El ser humano es un animal y, a pesar de todo, sigue siendo mi animal
preferido de compañía. Hay perros que me caen bien, personas que me caen mal y
viceversa.
¿Es usted cruel? Si
me provocan.
¿Tiene muchos amigos? No creo que sean muchos. La amistad es uno de los pilares en mi vida.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Honestidad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Es difícil decepcionarme. No creo que las personas estén para cumplir los
patrones de los demás. Cada uno es cada uno y prefiero aceptar, o no, a cada
persona como es.
¿Es usted una persona sincera? En general, sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Hago muchas cosas: escribo, leo, me gusta cocinar, hacemos senderismo o
montañismo en familia, disfruto de buenos momentos con mi gente, me encanta viajar,
hasta hago ganchillo.
¿Qué le da más miedo? La enfermedad, bien sea propia o de las personas amadas.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? Cada vez es más difícil
escandalizarse, la sociedad está poniendo el listón muy alto en ese sentido. Me
molesta mucho la hipocresía y la incongruencia; en algunos casos, todavía me
escandalizo.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Tengo
otra profesión, soy asesora fiscal. Aunque, ahora que lo pienso, también tiene
un componente de imaginación. Soy escritora, pero no tengo la idea de llevar
una vida creativa. Yo creo que todos somos creativos a nuestra manera. Me gusta
lo que hago en las dos profesiones.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Senderismo y montañismo, bicicleta, dos sesiones de Pilates a la semana y
algún entrenamiento esporádico de judo con mi hija.
¿Sabe cocinar? Sí,
lo disfruto mucho.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Simone de Beauvoir.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Tolerancia.
¿Y la más peligrosa? Tolerancia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Puede ser, pero se me pasa rápido.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Son complejas. Hoy en día, en el arco político actual no me siento
representada por ningún partido, pero voto al menos malo para que no gobierne
el más malo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Estoy contenta con lo que soy.
¿Cuáles son sus vicios principales? Los vicios, para que sean considerados tales, deben ser inconfesables.
¿Y sus virtudes? La
constancia y la lealtad.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Un salvavidas.
T. M.
lunes, 27 de marzo de 2023
El perseguidor de premios Booker
domingo, 26 de marzo de 2023
Entrevista capotiana a Greta García
En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Greta García.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? La buhardilla de la casa de mi abuela Birgitta.
¿Prefiere los animales a la gente? Depende de para qué, si es para ir al
cine prefiero una persona, si es para pasear prefiero una jirafa.
¿Es usted cruel? No.
¿Tiene muchos amigos? Bastantes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sepan escuchar y reírse de sí
mismos.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? No.
¿Es usted una persona sincera? Casi siempre.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, comiendo, paseando,
masturbándome.
¿Qué le da más miedo? Los hombres con poder.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? El maltrato, el plástico en la playa.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa,
¿qué habría hecho? Acabaría
mis estudios en derecho y sería abogada penalista.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Ahora estoy obsesionada con el
fisioculturismo.
¿Sabe cocinar? Me apaño.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos
artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Al pato Donald.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Hola.
¿Y la más peligrosa? Pastel.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Sí.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? El bien.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Agua.
¿Cuáles son sus vicios principales? Rascarme las cejas, chupar el plato
después de comer, no encontrar las cosas, olvidar los cumpleaños.
¿Y sus virtudes? Sonrío fácil y soy buena diciendo cumplidos.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema
clásico, le pasarían por la cabeza? Mamá, papá, mano, pelo, uña, mierda,
mierda, negro, rojo, azul, blanco.
T. M.
sábado, 25 de marzo de 2023
Un patriarca en el lecho de muerte
viernes, 24 de marzo de 2023
Entrevista capotiana a Eva Espinet
En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Eva Espinet.
Si tuviera que vivir
en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Siempre, siempre, un
lugar junto al mar. El mar y el sol me revivifican, no podría vivir sin ellos.
¿Prefiere los
animales a la gente? Estoy tan enamorada de las personas que me olvido
de la belleza de los animales.
¿Es usted cruel? No podría, tengo un
sentimiento de culpabilidad exacerbado, que me impide llevar a cabo actos de
tal naturaleza. Estaría siempre sufriendo.
¿Tiene muchos
amigos? Sí.
Quizás es porque quiero mucho a mis amigos y me importan.
¿Qué cualidades
busca en sus amigos? Que sean generosos y no mientan.
¿Suelen
decepcionarle sus amigos? Forma parte de la vida. Difícil es que nadie te
llegue a decepcionar.
¿Es usted una
persona sincera? Siempre, pero a sabiendas de que no haré daño a
la otra persona.
¿Cómo prefiere
ocupar su tiempo libre? Con mi mujer, con los amigos, con la familia, cocinando,
viajando, leyendo, visitando una exposición o un museo, fotografiando el mundo…
¿Qué le da más
miedo? Las
cucarachas y las ratas. Espero que nadie las use como arma arrojadiza…
¿Qué le escandaliza,
si es que hay algo que le escandalice? El hambre, las guerras, los arribistas,
las discriminaciones… Y sobre todo, que no seamos capaces de superarlo.
Si no hubiera
decidido ser escritora, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Sería
pintora. Me gusta desde niña, pero la escritura me come tanto tiempo y espacio
que me incapacita para concentrarme en ella. No lo descarto en mi vejez…
¿Practica algún tipo
de ejercicio físico? Camino mucho porque es el único momento que logro
anular mis pensamientos, y pilates para estirar el cuerpo tras tantas horas en
el ordenador.
¿Sabe cocinar? Hasta que llegó el
COVID disfruté durante cinco años cocinando hasta tres veces por semana a gente
de todo el mundo que visitaban mi casa. Diez personas desconocidas se sentaban
en mi mesa y no sabían lo que iban a comer. Cuando se iban lo hacían como
amigos. Tenía que saber cocinar para que muchos de ellos incluso repitieran en
varias ocasiones. Cocinar es un placer…
Si el Reader’s
Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje
inolvidable», ¿a quién elegiría? Escribiría sobre las mujeres partisanas
italianas, las grandes heroínas en la Segunda Guerra Mundial y las grandes
olvidadas, incluso en la literatura, a excepción de Italia que ha escrito algo
más sobre ellas. De hecho, serán las protagonistas de mi segunda novela.
¿Cuál es, en
cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Paz. Tan sonora como
plausible, solo depende de nosotros.
¿Y la más peligrosa?
Guerra.
Tan temida como odiada.
¿Alguna vez ha
querido matar a alguien? Jamás. Sería incapaz. ¿Cómo vivir con ello? Otra
vez la culpa…
¿Cuáles son sus
tendencias políticas? Cada vez más la política me decepciona. ¿Si
fuéramos capaces de coordinarnos para vivir en armonía en nuestros espacios más
cercanos? Lo sé, es una utopía, pero no debería ser tan difícil, ¿no?
Si pudiera ser otra
cosa, ¿qué le gustaría ser? Guía de viajes y cuánto más lejos me llevase ese
trabajo, mejor. Viajar es mi otra gran pasión.
¿Cuáles son sus
vicios principales? Un día un médico me dijo que mi droga era mi
propia mente. Para bien y para mal. Y con esta ya tengo bastante.
¿Y sus virtudes? Trato de comulgar
con el ejemplo: La verdad y la generosidad.
Imagine que se está
ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Lo he vivido en varias ocasiones… La que me ha provocado más
pesadillas es la que yo, una niña, miro desde el fondo de una piscina hacia unas
sombras que se proyectan sobre el agua, que tratan de rescatarme. Esto es real
y yo era esa niña.
T. M.
jueves, 23 de marzo de 2023
Un artículo viajero sobre Santiago de Compostela en "El País"
miércoles, 22 de marzo de 2023
Entrevista capotiana a Miguel Becerra
En
1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía
que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se
entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que
sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora,
extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la
que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Miguel Becerra.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? La Galilea y Judea del siglo I. Época de Jesús
de Nazaret.
¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero
la compañía sincera y desinteresada de un amigo animal.
¿Es usted cruel? No. A veces peco de tonto
por ser bueno. La crueldad no he llegado aún a conocerla.
¿Tiene muchos amigos? Verdaderamente
muchos conocidos. Amigos de bares, de la infancia, del día a día. Amigos de
verdad, solo uno y existió hace 2023 o más años.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? De las
personas busco la sinceridad, la honestidad. Me gusta que me miren a los ojos al hablar. Y
que me den la mano o un beso de verdad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Las
personas que han compartido cosas conmigo si. Me he llevado muchas decepciones.
¿Es usted una persona sincera? Sinceramente
sincero. Más claro que el agua. Se me ve venir, no sólo por mi corpulencia, tal
vez por mi forma clara de ser.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo,
estudiando o hablando con mi mujer y mi hija.
¿Qué le da más miedo? A la
oscuridad, a la llegada de la noche. A estar solo. El sol me da vida y me carga
las pilas. De noche todos los gatos son pardos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? Muchas veces a los humanos que no cambian. Repiten
esquemas. Abusos sexuales a menores, violencia de género cada vez más temprana
edad…tremendo!!!
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Exégeta privado. Hijo de un
multimillonario que decide vivir en cualquier lugar del mundo mantenido.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Debería
hacerlo. Es bueno para nuestra salud.
¿Sabe cocinar? Hoy por hoy no pero me
gusta la cocina y programas de cocina.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Poncio Pilato.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Empatía.
¿Y la más peligrosa? Armonía y
felicidad. También paz.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No. El día
que lo piense, supongo que me entregaré a la policía después de matarle.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? No seguir
a políticos.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Entrenador
de Fútbol.
¿Cuáles son sus vicios principales? La cerveza
y el tapeo. Los libros y el cine en salas.
¿Y sus virtudes? Ser un caminante que deje
huella en su caminar.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? No quiero
pensarlo. Prefiero poder respirar y vivir el mundo.
T. M.
martes, 21 de marzo de 2023
Retrato de la masculinidad y el deseo femenino
lunes, 20 de marzo de 2023
Entrevista capotiana a Andrés González-Barba
En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Andrés González-Barba.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Sin duda sería en Vailima, el paraíso terrenal
donde murió Robert Louis Stevenson. Poder visitar siempre que quisiera la tumba
de este escritor tan amado, ubicada en lo alto de un monte con impresionantes
vistas al Océano Pacífico, sería una fuente continua de inspiración y un lugar
perfecto para acabar mis días.
¿Prefiere los animales a la gente? Dada las
canalladas que los humanos les hacemos continuamente a nuestros hermanos los
animales, es imposible no ponerse de parte de estos seres tan indefensos. Que
un perro sea siempre fiel a su dueño sin pedirle nada a cambio y que incluso
siga esperando su regreso cuando este ya ha muerto son cosas que me conmueven
mucho.
¿Es usted cruel? Ese es un comportamiento
que intento desterrar, pero si he de ser alguna vez cruel, prefiero serlo
conmigo mismo que hacerle daño a cualquier otra persona.
¿Tiene muchos amigos? Nunca he
tenido demasiados, tal vez porque mi carácter con tendencia hacia la melancolía
no invite a relacionarme con demasiadas personas.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? No
demasiadas. Quizás la principal sea que estén ahí cuando más se les necesite.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? En alguna
que otra ocasión, cuando era más joven e inexperto, llegué a confiar en varias
personas que acabaron decepcionándome. Hoy en día puede que ya no fuera tan
confiado y que no esperara grandes cosas de nadie en particular.
¿Es usted una persona sincera? Me
gustaría serlo, pero muchas veces no digo la verdad cuando sé que eso puede
dañar a alguien o me puede acarrear grandes problemas. Y encima los escritores
tenemos recursos como el de la autoficción.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Esa
cuestión es algo que me preocupa mucho porque siento que cada vez tengo menos
tiempo para mí, y eso me llena de frustración. Es el precio que tiene esta
sociedad en la que vivimos. Aun así, procuro arañarle minutos al día y, sobre
todo, a las noches para dar rienda suelta a mi imaginación y dedicarme a lo que
más me gusta: leer, escribir, ver series, películas, etc.
¿Qué le da más miedo? Arrepentirme
en el futuro de cosas que tendría que haber hecho en el pasado.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? La indiferencia del ser humano hacia su prójimo.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Me es imposible concebir
una vida sin crear. Y no me refiero solamente al hecho de escribir, pintar,
componer música, etc. Cualquier persona que tenga algo de sensibilidad puede
albergar en su interior un sentimiento creativo hacia la vida.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Nunca he
sido excesivamente aficionado al ejercicio físico, pero soy consciente de que
hay que mantenerse en forma. Por eso trato de caminar mucho a lo largo de la
semana. Además, eso me ayuda a reflexionar y a ralentizar un poco la vida tan
vertiginosa que venimos padeciendo en los últimos años.
¿Sabe cocinar? Debo reconocer que
últimamente, debido a esa falta de tiempo que comenté antes, me he hecho un
cocinero de Thermomix, una forma cómoda y efectiva de resolver las dificultades
del día a día. De todas formas, en ciertas ocasiones trato de romper los moldes
–nunca mejor dejo– y me gusta experimentar con algunos platos que son de mi
propia cosecha.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Ana
Frank. Me parece un ejemplo de dignidad y de estoicismo ante la vida tan dura
que le tocó vivir. Todos deberíamos aprender de ella.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Mañana.
¿Y la más peligrosa? Indiferencia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Puede que
ese haya sido un sentimiento fugaz que atravesara mi mente cuando un funcionario
me ha puesto las cosas muy complicadas desde la ventanilla de alguna
administración pública.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Me
identifico con personas como Chaves Nogales, que siempre buscaron una tercera
vía.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Me gustaría
ser marinero, viajero, aventurero, astronauta… Escaparme en definitiva de la
tiranía que nos marcan el tiempo y el espacio.
¿Cuáles son sus vicios principales? Hasta hace
poco eran comprar muchos libros y discos, pero ya ni eso por una alarmante
falta de espacio. Quien inventó aquella frase de que el saber no ocupa lugar
seguro que no vivía en un piso como los que hacen actualmente.
¿Y sus virtudes? Creo que no son demasiadas,
pero la principal es ser feliz e intentar hacer felices a los demás.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Probablemente
pensaría en la primera imagen que guardo desde mi pleno uso de razón: la de un
niño de unos tres o cuatro años jugando en una terraza con varios juguetes
mientras los rayos del sol le acariciaban. Sería una bonita forma de despedirse
de este mundo.
T. M.
domingo, 19 de marzo de 2023
Los políticos que crearon un nuevo orden
sábado, 18 de marzo de 2023
Entrevista capotiana a Marc Betriu
En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Marc Betriu.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Cualquier lugar cálido y ventilado donde hubiera
un buen surtido de libros y películas.
¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero a
la gente y me gustan los animales.
¿Es usted cruel? Que yo sepa, solo
conmigo mismo.
¿Tiene muchos amigos? Más conocidos que
amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que saquen lo mejor
de mí, y a la inversa.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? A veces, como yo a
ellos, supongo, pero me lo como con patatas porque son demasiado valiosos.
¿Es usted una persona sincera? Tengo
tendencia a quedar bien, es educacional, eso te obliga a matizar la verdad en
ocasiones. No es algo aconsejable, cansa y desgasta. Aspiro a dejar de hacerlo
y estar algún día permanentemente en paz conmigo mismo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Seguramente mi
primera opción es ir a ver una película a un cine.
¿Qué le da más miedo? La
intolerancia.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? La irresponsabilidad que hay en la política, ver que un partido
es capaz de encender fuegos para ganar votos.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Si hubiera decidido no
llevar una vida creativa, sería otra persona. Entonces me preguntaría a mí
mismo que es lo que me gusta hacer e intentaría hacerlo. No me disgustaría ser
deportista, o actor de teatro, se viven emociones tan fuertes como en la ficción.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Un poco de
natación.
¿Sabe cocinar? Hago cosas muy sencillas, y me salen
muy bien: hago el mejor pan con tomate, los mejores huevos fritos, y el mejor
revuelto con espárragos… Fuera de lo fácil, soy un desastre.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Marilyn Monroe. Tiene
categoría de personaje. Una criatura única, un misterio.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Amanecer.
¿Y la más peligrosa? Culpable.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No. Pero sí he
querido repartir alguna buena torta.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Ante todo, soy demócrata.
Lucharía por ideas que aborrezco si fuera necesario para preservar el respeto a
los que piensan distinto de la mayoría.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una mujer.
Tiene que ser excepcional en muchos sentidos, y aleccionador en muchos otros.
¿Cuáles son sus vicios principales? Tengo buenas
aptitudes para todos los vicios “soft”.
¿Y sus virtudes? Vivo y dejo vivir.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Creo que ocuparía la
mente en encontrar la manera de salvarme hasta el último instante.
T. M.