viernes, 18 de octubre de 2024

Entrevista capotiana a Txemi Parra

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Txemi Parra.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Viviría en un recuerdo, en nuestro apartamento de Brooklyn donde pasamos 5 intensos años, con mi pareja y mis hijas.

¿Prefiere los animales a la gente? Me quedo con mi gente, y con mis animales: Mela, la perra, y Coco, el gato.

¿Es usted cruel? Conmigo mismo sí. Estoy trabajando en ello.

¿Tiene muchos amigos? Los suficientes.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean ellos mismos.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? De igual manera que yo a ellos.

¿Es usted una persona sincera? Responderé a ese pregunta delante de mi abogado.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Familia, perro y mar.  No necesariamente en ese orden.

¿Qué le da más miedo? A parte de los miedos universales, las sondas. Me aterran.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La falta de empatía.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me fascinan los directores de orquesta. Su elegancia, la gestualidad… lástima que no tenga oído.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Mi pasión es el surf. Y cuando estoy lejos del mar, que pasa a menudo, doy largos paseos con mi perra.

¿Sabe cocinar? Cocino y me gusta.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Haría un tres en uno, entre Jesucristo, Mahoma y Buda.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Futuro.

¿Y la más peligrosa? Futuro.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Solo en la ficción.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Parafraseando a Groucho: “tengo mis principios, si no le gustan, puedo cambiarlos”.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Definitivamente, un oso polar.

¿Cuáles son sus vicios principales? La dispersión.

¿Y sus virtudes? La búsqueda permanente del lado bueno de las cosas.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Me haría una y otra vez la misma pregunta: ¿Por qué elegí el barco en vez del avión?

T. M.