En el último Clarín. Revista de Nueva Literatura (número
118) he tenido la oportunidad de publicar una crónica de viajes, titulada, “El
sol de Sicilia y Lampedusa”, en la que cuento mi visita a la isla, un verano,
invitado como asistente a un congreso científico en el pueblo de Erice. En
aquel agosto, conocí actividades diversas en torno a la ciencia, la educación y
los valores, organizadas por miembros de la Universidad de Harvard y una fundación argentina, dentro de una de las instituciones científicas más
importantes y longevas del mundo, el Centre for Cientific Culture. Para mí fue la ocasión para leer in situ a Lampedusa, conocer de cerca la desaparición del joven físico Majorana, de la que ya tenía noticia al reseñar la novela de Jordi Bonells que recrea esa circunstancia, y sentir el intenso sol siciliano que aparece una y otra vez
en El gatopardo.