Ya está en
librerías mi último libro, Melancolía y suicidios literarios. De Aristóteles a Alejandra Pizarnik. Lo publica la
magnífica editorial madrileña Fórcola, especializada en ensayo y viajes, cuyo
catálogo sigo y reseño. Deseo dar las gracias a Javier Jiménez, su entregado
responsable, por prestar atención a este trabajo mío que aborda asuntos vitales y
literarios que siempre me han interesado.
La semilla de mi investigación sobre
el suicidio y la literatura originó un volumen misceláneo, raro, atrevido, llamado
El gran impaciente (2005), y el tema
de la melancolía, asomado desde las entrañas de mi libro de poesía escrito a
mitad de los noventa e inspirado en José María Fonollosa, Labor de melancoholismo (2000), se fue abriendo paso entre mis
lecturas y reflexiones hasta que los dos –lo suicida, lo melancólico en la historia de las
letras– han convergido en un único ensayo. En la web de Fórcola se puede leer el texto de contracubierta y comprar ejemplares desde cualquier parte del mundo sin
gastos de envío. Pero también lo veo en Amazon y en otras muchas webs de librerías.
Como complemento a esta felicidad de pertenecer a la colección Señales de la
editorial de nombre gondolero-veneciano, pronto aparecerá un complemento
diferente, creativo, pessoano, también surgido de aquel libro lleno de impacientes:
me refiero a la Antología poética del suicidio (siglo XX). Pero eso será otro día, próximo y anhelado.