Su novela Crónica sentimental en rojo mereció el Premio Planeta en 1984, dotado por entonces con 12 millones de pesetas. La obra muestra una trama hipnótica que mezcla amor y crimen, de ambiciones familiares y crueldad.
Cinco mujeres y media, 2005, trata de la violación y asesinato de una muchacha en el barrio del Raval; se hace cargo de ello el inspector Méndez, y la aparición del cadáver de uno de los violadores cambia la investigación.
La escritura de Historia de mis calles significó para el autor un homenaje al lugar donde nació y creció; unas memorias donde sale a relucir guerra y la posguerra y cómo se hace abogado, periodista y escritor.
Con el seudónimo de Enrique Moriel publicó La ciudad sin tiempo (2007), una intriga criminal por las calles medievales de la Ciudad Condal hasta las Ramblas de hoy mismo a partir de un personaje literalmente diabólico.
No hay que morir dos veces presenta el puzle de varias historias, como la de una niña explotada sexualmente, la de un hombre encargado de matar o la de una novia que dispara a su prometido en su boda.
Peores maneras de morir (2013) presenta a un Méndez que se siente incómodo en la moderna Barcelona. La trama gira en torno a la trata de blancas internacional, y está ambientada en la visita papal de 2010.
Publicado en La Razón, 4-III-2015, acompañando
mi artículo «El último disparo de González Ledesma»
