El editor Iván Vergara, la artista Sandra Carvajal,
T. M. y Antonio Rivero Taravillo
El lunes pasado tuve el placer de
presentar en Sevilla mi poesía completa, compuesta por Alma en las palabras. Poesía reunida 1990-2010 (Renacimiento) y Antología poética del suicidio (siglo XX) (Ultramarina Cartonera). La tarea de
presentar ambos libros (y hasta un tercero, que se coló invitado a última hora
pero que tendrá su momento exclusivo más adelante, La suerte del escritor viajero) vino a cargo de Antonio Rivero Taravillo, que ayer precisamente me dedicaba una entrada de su blog que me
llena de orgullo. No puedo explicar lo que me honra y alegra gozar de la
amistad y la complicidad literaria de un escritor de la talla de Antonio, que
analizó mis versos y mi forma de concebir la poesía de forma tan impecable que
el solo recuerdo de esos instantes me emociona hondamente. También habló Sandra
Carvajal, que explicó cómo fue su traslación de mi libro “antológico” a la hora
de pensar en la manera de ilustrar cada portada. Lo recalco, cada portada.
Porque, increíblemente, esta artista sevillana ha ideado y pintado toda una serie de cubiertas y contracubiertas hasta multiplicar mi libro en una centena de objetos únicos y
hermosísimos. Portadas que además se comunican entre ellas, en secuencias que
empiezan en un libro y siguen en otro. Qué experiencia tan excepcional, qué belleza esta conjunción de literatura y arte,
y cuánto se lo agradezco.