Esta primavera ha visto la luz el bello “El despertar del alma. Dioniso y Ariadna: mito y misterio” (editorial Ariel), sobre la princesa cretense que, mientras dormía en la isla de Naxos después de ser abandonada por Teseo, fue despertada por el dios de la vendimia y el vino que la haría su esposa. El libro, que analizaba la influencia de este mito en la literatura, el arte y el pensamiento, lo firmaba el narrador, ensayista y profesor universitario David Hernández de la Fuente (Madrid, 1974), uno de nuestros más finos especialistas en cultura antigua, como ha quedado de manifiesto gracias a títulos como “Oráculos griegos”, “Vidas de Pitágoras”, “Breve Historia de Bizancio” y “Mitología clásica”. Ahora, incursiona en un autor contemporáneo para buscar también un punto de vista mítico sobre el gran maestro moderno de la literatura de terror. El resultado es este estupendo “Lovecraft. Una mitología”, en edición corregida y aumentada en relación con el texto original, que se publicó en el año 2005.
Hay un momento
clave en la trayectoria de Howard Phillips Lovecraft, natural de Providence y
muerto a los cuarenta y siete años: cuando, “en 1908, sufrió un misterioso
ataque que lo dejó postrado y sin hacer prácticamente nada desde los dieciocho
hasta los veinticuatro. Un golpe de la divinidad. Un exceso de libros en la
cabeza. Un acceso de locura”, explica Hernández de la Fuente, para quien es
claro que ningún narrador ha profundizado tan bien en lo demente como el autor
de “En las montañas de la locura”; “seguramente porque la vivió en grado
excelso, porque sintió en cuerpo y mente el rayo punzante de la “manía”». En
esa larga etapa de ausencia, por así decirlo, hasta que se recuperó de una
dolencia sobre la que sus biógrafos no se ponen de acuerdo, es cuando Lovecraft
visitó lugares de pesadilla que luego invadirían sus escritos, hasta crear un
universo propio, nos dice Herndández de la Fuente, creando “una mitología
propia”, y acabó por ser “un auténtico creador, uno de los pocos creadores en
la historia de la literatura que son capaces de crear un universo mítico y
arrastran a una estela de seguidores a él”.
Por eso este
libro será de lectura imprescindible para todo aquel que desee aproximarse a
Lovecraft y conocer su quijotesco sentido de la lectura, su pasión por los
dioses grecolatinos y su estilo barroco y hasta arcaizante, entre otras
muchísimas cosas alrededor de lo místico y lo gótico. Un ensayo biográfico
ameno y preciso, además de maravillosamente ilustrado, que pone al creador de
los relatos del ciclo de Cthulhu de una actualidad que nunca abandona y que se
ve de continuo en novelas y películas.
Publicado
en La Razón, 24-VIII-2017