jueves, 21 de junio de 2018

Entrevista capotiana a Nicolás Gutierrez Hidalgo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Nicolás Gutierrez Hidalgo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una cabaña en el bosque, pero con todas las comodidades que ofrece la tecnología.
¿Prefiere los animales a la gente?
Es curioso que cuando se habla de un animal que se comporta como una persona se le atribuyen características de inteligencia y buen comportamiento, mientras que cuando se hace lo contrario, o sea, decir que una persona se comporta como un animal se está señalando que se comporta como un bruto. ¡Cosas de la relatividad!
Me quedo con las personas (no me gusta el termino gente por impersonal), pero tengo que reconocer que siento un gran respeto y atracción por los animales. A lo largo de mi vida he tenido muchas mascotas que me han proporcionado momentos de gran satisfacción.
¿Es usted cruel?
Creo que estoy genéticamente programado para rehuir cualquier tipo de crueldad. Simplemente no puedo. Quizá alguna vez lo haya sido de palabra (que puede herir más que un sable), pero si lo he advertido he procurado corregir el agravio.
¿Tiene muchos amigos?
Entiendo que es un honor sentir que es así.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Principalmente la sinceridad y el compañerismo.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No me pueden decepcionar porque nunca espero nada de ellos. Doy por bueno lo que generosamente me ofrece su amistad.
¿Es usted una persona sincera? 
Así me considero, aunque reconozco que si alguna vez he hecho uso de la mentira no ha sido de manera malintencionada, nunca con el propósito de hacer daño, sino para evitar un mal mayor.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Pues precisamente con actividades creativas o asociativas. Para mí, lo primero es la obligación, pero lo que queda del día, si es que queda algo, procuro emplearlo en mis proyectos o en ocupaciones socio-culturales, lo que me obliga a organizarme lo mejor posible para optimizar el tiempo. Pudiera parecer que estas actividades creativas de las que hablamos son ocio y no trabajo, meras tareas lúdicas, pero cuando se realizan de manera habitual y con el propósito de conseguir un objetivo marcado, son bastante exigentes y trascienden de este concepto.
¿Qué le da más miedo?
La falta de entendimiento, la descortesía, el insulto por el insulto, la sinrazón.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
El juego sucio en todas sus modalidades, demasiado presente hoy en día. Un fin no justifica cualquier medio.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Mi actividad profesional la desarrollo en el sector administrativo. Mi vida creativa es un satisfactorio complemento paralelo que abarca distintas disciplinas entre las que la escritura tiene un protagonismo muy especial. Creo que la alternativa habría sido el deporte.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Durante casi veinte años practiqué Aikido. En la actualidad solo carrera suave junto al río.
¿Sabe cocinar?
Sí. Sin gran sofisticación, pero en casa, la cena familiar corre a diario de mi cuenta.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Me debatiría entre Gustavo Adolfo Becquer, Carl Gustav Jung o Morihei Ueshiba.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Juventud.
¿Y la más peligrosa?
Odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Nunca se me ha pasado por la cabeza. Rechazo cualquier tipo de violencia y entiendo que matar a alguien sería su máxima expresión. No obstante, reconozco que respondería ante un ataque (del tipo que fuera), aunque intentaría por todos los medios que fuera de manera proporcionada, procurando retener el dragón que todos tenemos enjaulado.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Mis tendencias políticas es no tener tendencias políticas. Cada mañana replanteo mis principios y valores y trato de ser lo más congruente posible con ellos, lo que no tiene que responder necesariamente a determinada ideología política sea del signo que sea.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Una supernova (soñar es fácil).
¿Cuáles son sus vicios principales?
No soy persona de vicios. Cualquier vicio polarizado en el extremo opuesto puede convertirse en virtud. El débil se convierte en fuerte, el vehemente en templado… Me gustaría ser más fuerte y templado.
¿Y sus virtudes?
Pero tampoco de virtudes. Cualquier virtud polarizada en el extremo opuesto puede convertirse en vicio. El justo se convierte en injusto, el prudente en imprudente. Soy bastante justo y procuro ser prudente.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Creo que serían momentos felices junto a mis hijos. Mi último pensamiento sería para ellos.
T. M.