viernes, 25 de octubre de 2019

Entrevista capotiana a Manuel Mata


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Manuel Mata.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una castaña.
¿Prefiere los animales a la gente?
A veces.
¿Es usted cruel?
Puedo serlo.
¿Tiene muchos amigos?
No.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Tienen que ser capaces de lamer sangre.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
Puedo serlo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Semi-desnudo.
¿Qué le da más miedo?
La programación irreversible.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La gente que no se escandaliza.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Buscar oro en el Yukón.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
A veces leo libros que pesan bastante.
¿Sabe cocinar?
Sé quemar cosas. Soy el Seamus Finnigan de la cocina.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A mi madre.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Tachán.
¿Y la más peligrosa?
Beetlejuice.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Claro.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
V de Vendetta salvando los glaciares.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un roble de siete mil años o un irish greyhound.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La tarta de manzana y las personas que saben preparar tarta de manzana y las apuestas pero sólo apuesto para poder gastarme todo el premio en tarta de manzana y los perros pero sólo porque son algo digno que mirar mientras todavía no tengo tarta de manzana y el scrabble para poder escribir tarta de manzana con las letras y los analgésicos.
¿Y sus virtudes?
Soy capaz de convertir los analgésicos en tarta de manzana.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Una cuerda de neón.
T. M.