miércoles, 22 de abril de 2020

Entrevista capotiana a Patricia A. Miller


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Patricia A. Miller.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una casa en la playa. Con un ordenador, conexión wifi y una sala llena de libros sería la persona más feliz del mundo.
¿Prefiere los animales a la gente?
Me gustan los animales, mucho, pero una salida con amigas, una conversación sobre libros, una cena romántica o una tarde de jugar al UNO con mi hijo no la cambio por nada.
¿Es usted cruel?
Quiero creer que no, que tengo mi lado mezquino, como todo ser humano, pero no me gusta hacer a los demás lo que no quiero que me hagan a mí.
¿Tiene muchos amigos?
Ni muchos ni pocos, tengo los amigos justos. Algunos más presentes en mi vida y otros menos, pero cada uno tiene algo que me hace falta: su amistad.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Una sola: sinceridad. Venga, quizá una más: que sean buenas personas.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Y si lo hacen, jamás es premeditado. El día que sea premeditado dejarán de ser mis amigos.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, a veces demasiado. Estoy aprendiendo a ser más asertiva, pero sin brusquedad, con calma, con empatía.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo o haciendo manualidades o disfrutando de un rato de televisión con mi marido en el sofá.
¿Qué le da más miedo?
A día de hoy, no hay cosa que más miedo me dé que el hecho de que le pueda pasar algo a mi hijo.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Me escandaliza y me preocupa la maldad humana escondida detrás de una sonrisa. Hay lobos muy bien disfrazados de cordero y cuando dejan asomar los dientes me sorprende su habilidad para engañarme.
Si no hubiera decidido ser escritora, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Tendría la misma vida que ahora, con el mismo trabajo probablemente, pero con más horas al día para dedicar a otras cosas. ¿Qué cosas? Ni idea jajaja.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí. Hago GAP dos veces por semana con un preparador que se viene arriba con mi sufrimiento y con el de mis compañeras de clase jajaja.
¿Sabe cocinar?
Sí. No soy una gran chef (para eso está mi marido), pero me defiendo muy bien. Mi especialidad: los bizcochos de manzana ;)
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Alice Gould, la protagonista de Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena. Imposible olvidarla.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Vida – Life – Vie – Vita – Leben…
¿Y la más peligrosa?
Poder.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
En la vida real, no. En la ficción de los libros… a veces jajajaja.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy de las de avanzar hacia adelante, nunca hacia atrás.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Me gusta lo que soy, quizá sería un poco menos exigente conmigo misma y con los demás, pero, a fin de cuentas, me gusta ser yo misma.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El CadyCrush, las redes sociales y leer (Sí, leer es un gran vicio)
¿Y sus virtudes?
Me gusta ayudar a la gente, soy buena persona. Y soy muy autodidacta.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mi familia, creo que no podría pensar en nada más.
T. M.