sábado, 2 de mayo de 2020

Entrevista capotiana a Hernán Migoya


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Hernán Migoya.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Donde vivo: Lima, capital del Perú.
¿Prefiere los animales a la gente?
Somos lo mismo.
¿Es usted cruel?
Sólo conmigo.
¿Tiene muchos amigos?
Más de lo/s que me gusta admitir.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que sepan reír.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Sólo los examigos.
¿Es usted una persona sincera? 
No. ¡Soy escritor!
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Todo mi tiempo es libre y lo ocupo escribiendo.
¿Qué le da más miedo?
Que la muerte cada día me está dejando más solo.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Españoles hablando de política.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Matarme.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Ninguno que sea consciente.
¿Sabe cocinar?
No. Elegí un piso sin cocina para no tener que hacerlo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Al más olvidado.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Esperanza.
¿Y la más peligrosa?
Esloquehay.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Claro: los libros muchas veces nacen de sublimar fantasías asesinas.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Bisexuales.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Polvo.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Comerme.
¿Y sus virtudes?
Innumerables.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Que Jennifer López me viene a salvar.
T. M.