lunes, 15 de febrero de 2021

Entrevista capotiana a Irina Vega

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Irina Vega.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una camper que me permita viajar por todo el mundo. Aunque no pudiera salir, que pudiera verlo todo.

¿Prefiere los animales a la gente? No hago distinciones entre animales y personas. Todos somos animales. El único problema que tengo es con las personas de mente cerrada, que deberían cerrar también la boca, escuchar más y abrirse.

¿Es usted cruel? El hecho de nacer ya nos imprime una crueldad por la supervivencia. Unos nacen, otros mueren. Unos se alimentan, otros son comidos. Somos crueles con la naturaleza y con otros seres, de manera inconsciente. La sociedad también nos educa en la crueldad, haciéndonos creer superiores, en la cúspide de una pirámide, cuando en realidad deberíamos formar parte de un círculo, pertenecer a un grupo donde compartimos todo. Siendo consciente de las consecuencias de nuestros actos, voy desaprendiendo, me siento cada vez más en consonancia con todo lo que me rodea.

¿Tiene muchos amigos? Tengo muchos amigos. Muy buenos amigos, muy pocos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Inteligencia y buen humor.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Alguna vez. Imagino que al revés también.

¿Es usted una persona sincera? Mucho, quizá demasiado. Sagitario :)

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Viajar. Buena compañía. Buen cine. Buena música.

¿Qué le da más miedo? La muerte. Tengo una especie de atracción y miedo a partes iguales.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La estupidez humana.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Estudié electrónica, pero voy cambiando de pasiones con los años. Ahora, además de mi trabajo como directora y escritora me interesa la nutrición vegana y la fitoterapia.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Siempre he sido una pupas. Asma, problemas en las rodillas... la típica del colegio que se quedaba sentada mientras los demás hacían deporte. De un tiempo para acá me he autoimpuesto hacer algo de ejercicio, pero me va por épocas. Ahora mismo estoy intentando habituarme de nuevo con rutinas.

¿Sabe cocinar? Sí y me encanta.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Me sería imposible elegir sólo a uno. Creo que escribiría sobre varios y las cualidades que más me gustan de cada uno de ellos.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor.

¿Y la más peligrosa? Prejuicio.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No. Pero sí castigar.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Durante muchos años he sido apolítica. Si las personas fuésemos decentes por naturaleza, lo ideal sería la anarquía. Pero es una utopía. Volviendo a la realidad, de izquierdas y con los partidos que luchen por los derechos de los animales y el medio ambiente.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Otra cosa no. Yo misma, hace unos años atrás, sabiendo que iba a haber una pandemia y haber conseguido ya la camper para recorrer el mundo.

¿Cuáles son sus vicios principales? Los videojuegos y la pereza.

¿Y sus virtudes? Aventurera y proactiva.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Mi pareja, mi familia, mis mascotas... probablemente situaciones en las que en ese momento en el que sucedieron, pensé que recordaría el día de mi muerte.

T. M.