lunes, 12 de abril de 2021

Entrevista capotiana a Juan Antonio Piñero

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Juan Antonio Piñero.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Más que el lugar, para mí, es más importante las personas que me rodeen. Necesito, o quisiera tener cerca a mi familia, a mi gente.

¿Prefiere los animales a la gente? Pues mi primera reacción ha sido elegir rotundamente a la gente, pero un momento después me han venido a la mente varias personas con las que la idea de pasar un rato con ellas o hacerlo con mi gata, no tendría ninguna duda que elegiría a Purpurina (mi gata).

¿Es usted cruel? Rotundamente no. Como todos, o la mayoría, habré dicho o hecho algo que haya hecho daño a otra persona, pero nunca he sentido satisfacción por ello y sí arrepentimiento.

¿Tiene muchos amigos? No, tengo pocos, muy pocos en realidad, pero de una calidad humana extraordinaria.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? No busco ninguna cualidad. Quisiera de ellos que estén, que sean, que me busquen, que me pidan, que quieran, que me quieran, que cuenten conmigo y que me perdonen cuando les falle.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? ¿Y quién no decepciona nunca a nadie, o a todos, en algún momento?

¿Es usted una persona sincera? Ni mentirosa tampoco.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Con sol, con aire, con césped, con manta de picnic, con sonrisas, con mi familia, con amigos.

¿Qué le da más miedo? Cualquier cosa mala que les pueda pasar a mis hijos.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Casi a diario oigo noticias que me escandalizan.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? No llevo una vida creativa; trabajo, escribo, restauro pequeños muebles o los hago, pierdo el tiempo con el móvil, estoy con mis hijos y mi mujer, paseo, cuido con mucho interés (y muy mal) a mis plantas… supongo que haría estas mismas cosas si no escribiera.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? No hago nada de nada. Me gustaría hacer algo, pero siempre encuentro alguna excusa para esas ganas.

¿Sabe cocinar? Cocinar como mi madre o mi mujer guisos de cazuela y olla no, pero mis fritangas y mis verduras y carnes a la plancha sí, y pizza casera también sé hacerla, muy rica por cierto.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Inolvidable hay muchos personajes, uno que a mí siempre me ha atraído y ha sido el primero que se me ha venido a la mente es Leonardo da Vinci y toda ese aura enigmática en torno a su figura.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor. Creo que todo lo que rodea al amor es positivo y esperanzador, sea lo que sea lo que se ame y a quien se ame.

¿Y la más peligrosa? Odio. El odio es el peor consejero, el más cruel, el causante de más daños en otras personas y en el que lo siente.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Cuando entra una avispa en casa nunca la mato, siempre abro la ventana y busco la forma de dejarla ir. Así que no, no he querido matar a nadie.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? El aburrimiento. Me aburren muchísimo los debates políticos, los mítines, los políticos, las discusiones de los "forofos" políticos de las redes sociales de todas las tendencias y colores.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Pues de siempre me he sentido muy atraído por la decoración, tanto de interior como de exterior.

¿Cuáles son sus vicios principales? Creo que diría que el chocolate, que no soy capaz de dejarlo ni por prescripción médica.

¿Y sus virtudes? No sé la verdad. Creo que habría que preguntar a mi círculo más cercano, igual ellos podrían decir alguna (aunque no estoy seguro de ello)

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? ¡Uf! Yo creo que ninguna, me estoy agobiando solo de pensarlo.

T. M.