viernes, 24 de septiembre de 2021

Entrevista capotiana a Victoria Cirlot

 En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Victoria Cirlot.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Son muchos los lugares del mundo que me fascinan. He estado en algunos de ellos o solo los he visto en fotos o en el cine: en un pequeño pueblo cerca del mar en Irlanda o en Gales, en las casas de la playa de Malibú, en Cadaqués si no existiera el verano, en una casa con grandes cristaleras colgada de las rocas….

¿Prefiere los animales a la gente? Eso depende de la gente y de los animales. Adoro a los perros pero los hay insoportables. Pasa lo mismo con las personas: nada más maravilloso que algunas personas, pero también nada más horrible que otras…

¿Es usted cruel? No lo creo. Al menos en la vida real, no lo creo. En la vida imaginaria, quizás sí, en algunos momentos.

¿Tiene muchos amigos? No. Tengo pocos pero excelentes.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean buenos conversadores. Me parece una cualidad indispensable. La fidelidad es también imprescindible. El respeto es necesario.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No. La decepción implica el final de la amistad porque por lo general no se puede arreglar.

¿Es usted una persona sincera? Sí. Aunque una vez un colega precisó que no tenía nada de sincera pero que era auténtica. Quizás tenía razón.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Lo que más me gusta es trabajar, es decir, leer, estudiar, dar clase. Escribir. Pero también me gusta dar paseos, conversar…

¿Qué le da más miedo? El miedo. Porque el miedo siempre está en contra de la vida…

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Me escandalizo todo el día: ante la estupidez, la ignorancia, la desfachatez…

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Yo sobre todo dedico casi todo mi tiempo a estudiar para poder escribir algo. No me atrevería a decir que soy ‘escritora’; al parecer de pequeña siempre decía que quería ser ‘escritora como mi padre’. Pero también concibo una vida completamente al margen del estudio (que siempre es un esfuerzo), dedicada, por ejemplo, a ser cantante (en un sentido muy popular).

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí, casi todos los días voy al gimnasio.

¿Sabe cocinar? Nunca he sabido y lo siento mucho, pero carezco de toda capacidad para ello. Sobre todo lo siento porque me gusta mucho la cocina, y cuanto más sofisticada mejor.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Elegiría a mi padre, que es el personaje más interesante que he conocido nunca.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Love, Liebe.

¿Y la más peligrosa? Nada, nient, nihil, nothing, nichts.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Sí, pero se me pasa enseguida.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Es difícil de definir, porque soy conservadora y revolucionaria al mismo tiempo. Pero sobre todo es difícil porque no me reconozco en ninguna tendencia de la política actual.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Sería cantante.

¿Cuáles son sus vicios principales? Con los vicios sucede lo que con las virtudes, y es que si se deslizan un poquito hacia un lado, dejan de serlo. Es decir que son fácilmente reversibles. Pero sí, soy orgullosa (lo que en seguida puede pasar a ser una virtud), la ira puede apoderarse de mí, cierto (lo cual a veces puede ser necesario…).

¿Y sus virtudes? Hay que despedirse de las virtudes (lo decía una mística del siglo XIII y también Friedrich Nietzsche).

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Creo que vería una de mis dagas de bronce con las que he soñado, mientras me bañaba en un mar muy en calma y crepuscular. En el sueño la daga de anillo se mantenía en la superficie del agua, mientras yo me bañaba, y lo teñía todo de verde.

T. M.