sábado, 16 de octubre de 2021

Los años ochenta del sida

 Conocíamos a Rebecca Makkai, natural de Chicago, por su primera novela, “El devorador de libros”, que consiguió en 2011 un éxito comercial notabilísimo y que al año siguiente editó Maeva entre nosotros. Ahora, a aquella aventura entre una bibliotecaria y un niño de diez años y gran lector, en un remoto pueblo de Missouri, que llevaba a un plan por parte del pequeño para escapar del control de su madre y metía a la adulta en un fuerte dilema, le sigue otra historia de estrecho trato humano. “Los optimistas” (traducción de Aurora Echevarría), cuyo título responde a una cita de F. S. Fitzgerald y ha ganado o quedado finalista de premios tan llamativos como el Pulitzer o el National Book Award.

Sin duda, ha emocionado al público y a la crítica especializada cómo Makkai ha recreado lo que genera, sentimental y socialmente, la enfermedad y la muerte, y el modo íntimo en que los afectos o la amistad repercuten en ello. Así las cosas, construye de manera convincente la cotidianidad de la comunidad gay en los años ochenta, cuando ser seropositivo era sinónimo a perder la vida. Y lo hace mediante el joven Yale y su grupo de amigos, los cuales van enfermando por culpa del sida, y de Fiona, que treinta años más tarde, en París, hará lo posible por reencontrase con su hija, que no quiso un día saber nada más de ella, haciendo de la novela una convergencia de dramas en la que, en efecto, impera el optimismo pese a todo.

Publicado en La Razón, 9-X-2021