viernes, 14 de enero de 2022

Entrevista capotiana a Luis Zueco

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Luis Zueco.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? El Castillo Palacio de Bulbuente, que es donde resido actualmente. Ha costado mucho, pero hemos creado un lugar mágico que compartimos con los que vienen por aquí.

¿Prefiere los animales a la gente? La gente a la que le gustan los animales. Desconfió de alguien que no le gusten. Creo que es importante estar en contacto con la naturaleza.

¿Es usted cruel? Jamás he pensado que lo sea. Todo lo contrario, incluso de pequeño me enfrenté con los niños que lo eran con otros.

¿Tiene muchos amigos? La verdad es que sí, por un lado conservo los del colegio y también puedo presumir de hacer nuevos cada año. Algunos no los puedo cuidar tanto como me gustaría, pero creo que es importante tener amigos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Ninguna en concreto, la afinidad con otras personas puede surgir de muy diferentes maneras. Algunas sorprendentes, eso es lo bueno de los amigos.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? En muy pocas ocasiones, yo soy muy comprensivo. Entiendo los errores y los perdono. Todos nos equivocamos, yo el primero.

¿Es usted una persona sincera? Sí, pero también prudente. No me gusta la gente que afirma: “yo digo las cosas a la cara”, decir lo que piensas sin más no es ninguna cualidad. Lo valioso es saber cuándo, cómo y  a quién decir lo que piensas.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo o haciendo cualquier cosa junto a mi hija y mi mujer. También viajando, aunque para eso tengo cada vez menos tiempo. Estoy deseando que mi hija crezca para enseñarle el mundo.

¿Qué le da más miedo? La muerte, aunque ahora la veo muy lejana sé que cuando vayan pasando los años me dará cada vez más miedo.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La estupidez humana, es increíble como volvemos a caer en los mismos errores una y otra vez.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Yo gestionó dos castillos medievales que hemos rehabilitado y habilitado como alojamientos turísticos, si no escribiera creo que me animaría a rehabilitar y gestionar alguno más.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí, me gusta mucho salir a correr. Pero lo que me encantaría seguir jugando al baloncesto, siempre ha sido mi deporte favorito.

¿Sabe cocinar? Sí, he vivido desde pronto solo, y me gusta. Pero ahora mismo cocino poco por falta de tiempo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Francisco de Goya, tengo muchas preguntas que hacerle. Es uno de esos genios únicos que nunca sabes interpretar.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Libertad.

¿Y la más peligrosa? Guerra.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, y espero no querer hacerlo nunca.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Ahora mismo no hay ninguna que me represente como a mi me gustaría. Creo que estamos en un proceso de cambio y la política debe evolucionar.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Jugador de baloncesto, pero de más de dos metros.

¿Cuáles son sus vicios principales? No tuve vicios de joven, así que mucho menos ahora. Tengo defectos, pero no vicios.

¿Y sus virtudes? Siempre queda mal hablar de las virtudes de uno mismo. Sin embargo, yo soy consciente de que tengo una gran capacidad de trabajo, seguramente inculcada por mi familia, y soy muy paciente. La paciencia y la prudencia me han ayudado mucho en la vida.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? La de mi hija pidiéndome que la coja en brazos y un beso con mi mujer.

T. M.