En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Alejandro Morellón.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una biblioteca con piscina.
¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero a la
gente que prefiere a los animales.
¿Es usted cruel? En muy pocas ocasiones.
¿Tiene muchos amigos? Más que
camisas.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean
buenas personas y que sea auténticos.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Casi nunca.
¿Es usted una persona sincera? Sí y no,
mentiría si dijera lo contrario.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, escuchando
música, viendo malas y buenas películas, estando con la gente con la que puedo
hacer todas esas cosas.
¿Qué le da más miedo? La soledad y
la falta de soledad.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? Aquello que debería estar en desuso pero todavía existe: las monedas,
los teléfonos en la pared al lado del inodoro, los escritores rancios, los
toros, Eurovisión.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una
vida creativa, ¿qué habría hecho? Jugador de la NBA.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? A veces salgo
a correr.
¿Sabe cocinar? Sí, pero nunca ganaría una
estrella Michelín.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de
esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Margo
Glantz.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena
de esperanza? Palabra.
¿Y la más peligrosa? Palabra.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, pero una
buena paliza sí me he imaginado dándole a alguien.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? De izquierdas.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Baterista de
jazz.
¿Cuáles son sus vicios principales? Soy un
hedonista.
¿Y sus virtudes? Soy un hedonista.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro
del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Pensaría en
cosas que flotan: barcos, troncos, manguitos, nutrias.
T. M.