En 1924, Moritz Schlick, Hans Hahn y Otto Neurath se unieron en Viena con el objetivo de fundar un círculo filosófico. El primero de ellos se dedicaba justamente a la filosofía, el segundo era matemático y el tercero, un reformista social que ejercía de director del Museo vienés de Sociedad y Economía. Lo cuenta Karl Sigmund en “El sueño del Círculo de Viena” (traducción de David León), que nos introduce en un grupo que cada jueves discutía sobre sesudos asuntos científicos o metafísicos. El autor conoce el terreno, pues es profesor de Matemáticas en la Universidad de Viena y uno de los pioneros de la Teoría evolutiva de juegos.
El Círculo de
Viena llegó a escribir un manifiesto y propuso, afirma Sigmund, “crear un
sistema filosófico basado por entero en la ciencia sin discursos
intelectualoides de profundidades insondables ni oscurantismos ultramundanos”.
Para ellos, el hombre era la medida de todas las cosas, fieles a la proclama de Protágoras, y tenía que ser todo
accesible. Por tanto, tan importante era la referencia de un físico como Albert
Einstein como de un matemático como David Hilbert o un filósofo como Bertrand
Russell. Sigmund va contando cómo se fueron añadiendo el filósofo Rudolf
Carnap, el matemático Karl Menger o el lógico Kurt Gödel, hasta el punto de que
“el Círculo de Viena se convirtió enseguida en el centro mundial del movimiento
llamado empirismo lógico, de modo que no faltaron pensadores de relieve que
recogieran el testigo de sus debates en Praga, Berlín, Varsovia, Cambridge y
Harvard”.
En el libro, una
de las cosas más interesantes es ver cómo el ambiente sociopolítico se vuelve cada
vez más intimidante, por el antisemitismo y el nazismo. Y es que no faltaron
episodios trágicos entre los miembros del Círculo, como el asesinato que sufrió
en 1936 Schlick, en manos de un antiguo alumno en la universidad, o penosos
exilios o huidas. Pero entonces, tras la Segunda Guerra Mundial, el Círculo
tendría una revitalización y su influencia volvería a ser destacada en campos
que llegan hasta hoy en torno a los algoritmos o los programas informáticos
actuales.
Publicado en La Razón, 13-V-2023