El destino ha querido que poco antes de que Jon Fosse recibiera el premio Nobel, uno mismo recibiera un correo de la editorial que acaba de publicar, tan sólo hace unos días, su último libro en español, “Mañana y tarde”, y que ya estuviera preparando una reflexión sobre su lectura. Esta, por cierto, no puede pasar inadvertida para el amante de la literatura que busque propuestas estéticas que se alejen del tono comercial y rastren nuevos caminos verdaderamente literarios. “Mañana y tarde”, cuyo título casi nos hace recordar el de la voluminosa novela amorosa “Noche y día”, de Virginia Woolf, empieza con la voz omnisciente de un narrador que, directamente, y si el preceptivo guion de diálogo, reproduce lo que dice una vieja matrona llamada Anna. Está a punto de nacer un niño.
Es esta una novela breve, sin puntos finales en cada párrafo, a veces sin puntos seguidos en larguísimos párrafos, en que las voces de los personajes se mezclan y disuelven para presentarnos ese nacimiento y el contrapunto indispensable, la muerte, aparece este niño llamado Johannes cuyo viaje final parecerá casi un viaje en barca con Caronte. Es un texto que transita por el pasado y el presente de esos entes de ficción, en un discurso textual cadencioso, por su ritmo sin pausas en el texto, como si Fosse quisiera reflejar el pensamiento directo, instantáneo, de aquel que habla, de lo que le dice al otro y de lo que planea sobre esa familia de ambiente rural: el hecho de que existe un Dios, sin duda, como piensa el padre, un pescador. “Pero está muy lejos, y muy cerca, aquí mismo está. Y no es ni omnisciente ni omnipotente. Y este Dios no es el único que gobierna el mundo y a las personas…”
Curiosamente, la novela, inédita en nuestra lengua hasta la fecha, vio la luz hace mucho tiempo, en el 2000; recibió el premio Melsom 2001, fue candidata al Premio de Literatura del Consejo Nórdico y al Premio de la Crítica Noruega de Literatura, y en ella se basó la ópera “Morgen und Abend” (2015), con música de Georg Friedrich Haas. La crítica noruega advirtió que “Mañana y tarde” tenía ecos bíblicos, y ciertamente sus frases, de corte intencionadamente repetitivo, podrían corresponder con un tono a modo de versículos, demostrando la esencia literaria de este autor, que no es otra que la poética. Tal cosa la conocen los lectores de Fosse que han acudido a la editorial que ha divulgado sus grandes proyectos narrativos.
Nos referimos a De Conatus y a la “Trilogía”, la historia de una pareja de adolescentes que va a tener un hijo y que intenta sobrevivir sin nada en un mundo hostil, por un lado, y a la “Septalogía”, que editó en cuatro tomos: “El otro nombre I”, “El otro nombre II”, “Yo es otro (volumen III-V)” y “Un nuevo nombre (volumen VI-VII”), este último finalista en el International Booker Prize 2022. Se trata de una narración que nos adentra en la vida de Asle, un pintor de prestigio instalado a la vera del mar y poco dado a relacionarse con gente. Lo particular es que cada uno de los volúmenes comienza con sus ideas acerca de un cuadro que ha pintado y acaban con él rezando.
Publicado en La Razón, 5-X-2023