Amor, podríamos decir quevedesco, más allá de la distancia, incluso más allá del tiempo: es eso lo que nos propone Mijaíl Shishkin (Moscú, 1961) en Sasha y Volodia” (traducción de Marta Sánchez-Nieves). El título basta para nombrar la esencia del argumento, pues estos dos amantes se comunican por medio de una serie de cartas de tal forma que vamos conociendo ambas vidas, si bien con la particularidad fantástica de que, además de que les aleje todo un continente, ella es una enfermera en la Rusia de los años sesenta mientras que él está en China, en plena rebelión de los Bóxers, a principios del siglo XX. Shishkin, que por cierto vive en Suiza desde 1995 y se manifiesta en contra de Putin de continuo, idea en efecto un amor más allá de la muerte, como comprobará el lector, cuando la relación se haga imposible pero el intercambio de cartas siga y siga.
Publicado en La Razón, 2-XII-2023