miércoles, 27 de marzo de 2024

Entrevista capotiana a Juan Cartaya

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Juan Cartaya.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi casa no estaría nada mal. De hecho, la sometí a una prueba de esfuerzo durante la pandemia y la cosa resultó.

¿Prefiere los animales a la gente? Dependería de los animales y de la gente a los que nos refiramos.

¿Es usted cruel? Si es preciso, creo que puedo serlo. Una crueldad utilitaria, quizás para evitar males mayores.

¿Tiene muchos amigos? Los de siempre. Y en Facebook, claro, incontables. Aunque no sé si a todos ellos podríamos definirlos como tales.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean amigables. ¿O no es eso lo que ha de ser un amigo?

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Depende de lo que esperes de ellos. Si no esperas demasiado, habitualmente nunca te decepcionarán.

¿Es usted una persona sincera? No siempre: no al menos cuando el exceso de sinceridad puede ser dañino.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Con la libertad de hacer lo que me dé la gana. Leer está bien.

¿Qué le da más miedo? Antes no, pero ahora la edad. Y dentro de un tiempo, la muerte inevitable es posible que también me asuste.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La impunidad en la vida pública.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? No soy sólo escritor (de eso se vive difícilmente). Pero disfruto de mi faceta creativa, claro. Bueno, también soy profesor, así es que creo que he respondido a la pregunta.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Caminar. Y no busque más, porque no hay.

¿Sabe cocinar? Sí, y disfruto haciéndolo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Lampedusa. Me parece fascinante. Una vida corriente y un intenso mundo interior. Y una increíble inteligencia.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Esperanza.

¿Y la más peligrosa? Enemigo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Es posible. ¿Ha querido? No sé, quizás siga queriéndolo…

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las que sean sensatas y aseguren la libertad real del hombre.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Un libro.

¿Cuáles son sus vicios principales? ¿Esta entrevista no iba a ser breve? Si vamos por ahí, podría alargarse demasiado.

¿Y sus virtudes? Vaya, y ahora nos vamos al otro extremo. Bueno, alguna tendré. Pero quizás no sea yo el más adecuado para responder a eso.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Que necesito urgentemente un flotador.

T. M.