domingo, 16 de junio de 2024

Entrevista capotiana a José Luis de Juan

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de José Luis de Juan.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una ínsula en el mar Jónico con pueblito de pescadores, cabras, dos buenos caballos y una laguna donde nadar cuando el mar esté bravo.  Creo que pasaría unos meses armando una barca de vela.

¿Prefiere los animales a la gente? Depende. Hay cierto número de animales entre la gente.

¿Es usted cruel? Si lo soy a veces, suelo darme cuenta enseguida y me vuelvo magnánimo y compasivo.

¿Tiene muchos amigos? Tengo algunos. Lo más importante es tener al menos uno que lo sea de veras, desde siempre y para siempre.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Las virtudes de las que yo carezco.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No tanto como lo que yo suelo decepcionarme conmigo mismo.

¿Es usted una persona sincera? La sinceridad es interpretable, pertenece a la dramaturgia. Hay actores buenos y malos. Yo soy de los malos.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? No existe el “tiempo libre” a estas alturas de la des-civilización.  Pero cuando, a pesar de todo, consigo tener algo parecido al tiempo libre, intento no hacer nada. Nada a fondo. Es decir, meditar sobre nada.

¿Qué le da más miedo? La violencia, el odio, la ira, los temblores de tierra.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Las personas que dicen ser completamente felices.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Cultivar un huerto. Leer cada día varias páginas de Montaigne y dormir mucho.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Nadar, Yoga, Marcha Nórdica con bastones.  

¿Sabe cocinar? Por supuesto. Es uno de los placeres de la vida comer lo que uno prepara.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? La Pantera Rosa.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Luz.

¿Y la más peligrosa? Amor.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No he querido matar a nadie aún, pero alguien ha querido matarme a mí.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Soy agnóstico, políticamente.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una tortuga en invierno.

¿Cuáles son sus vicios principales? La envidia y el candor.

¿Y sus virtudes? La duda y la obstinación.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Siendo un nadador compulsivo, me cuesta imaginarlo. Pero si llegase a pasarme seguro que aparecía la imagen de mi madre diciéndome con el ceño fruncido que ya me lo había advertido.

T. M.