viernes, 7 de febrero de 2025

Entrevista capotiana a Iván Repila

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Iván Repila.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Blas de Otero escribió, casi al hilo de esta misma pregunta, que necesitaba «un trozo de mar y un margen de esperanza más allá de la muerte». A mí me basta con un lugar desde el que pueda llegar al mar por mi propio pie, que ya es mucho.

¿Prefiere los animales a la gente? No: me gusta demasiado la conversación.

¿Es usted cruel? No de una forma sistemática, pero me duele reconocer que, en ocasiones, sí.

¿Tiene muchos amigos? Diría que tengo mucha gente que me quiere, y a la que quiero. Gente con la que puedo contar y que cuenta conmigo. Por desgracia, siempre termino viviendo lejos de ellos. Sé que tengo muchos amigos porque echo de menos a mucha gente.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? No creo que nadie «busque» cualidades a la hora de relacionarse, más bien se las encuentra, y eso es una parte maravillosa de hacer amigos. Luego, es verdad que sintonizo más, a largo plazo, con la gente buena, generosa, solidaria, paciente, creativa, ingeniosa y de buen humor. ¿Y quién no?

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Apenas. He tenido muchísima suerte.

¿Es usted una persona sincera? Tal y como entendemos la sinceridad en una sociedad global, sí. Otra cosa, desde luego, es que me guste retener un mínimo espacio de privacidad que implique no contarlo todo, o no siempre. Porque omitir no es mentir, supongo.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? ¿Si hago planes (leer, escribir, cenar con alguien, ver una película, pasear por la playa…) se considera tiempo libre? Todo suma. Y los autónomos siempre tenemos algo pendiente en la bandeja de entrada.

¿Qué le da más miedo? Este es uno de esos casos en los que prefiero omitir a mentir. Lo que me da más miedo forma parte de mi intimidad.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La falta de empatía. Especialmente si el sujeto soy yo.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Si mis capacidades me lo hubieran permitido en la época de estudiante, que no lo sé, habría derivado hacia la astrofísica, la entomología o la perfumería.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí. Bicicleta, natación y musculación. Intento ser constante, pero no siempre lo consigo.

¿Sabe cocinar? No. Cocino por necesidad, que no es lo mismo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Al poeta Sergio Oiarzabal.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Me llevo mal con la cursilería. La esperanza es una cosa distinta según el barrio.

¿Y la más peligrosa? «Adiós».

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Muchas veces. Soy impulsivo cuando me caliento. Luego se me pasa, y me doy cuenta de que no tiene sentido matar a nadie. En contadas ocasiones, poco después, descubro que todavía tengo ganas de cometer el crimen. Pero soy demasiado cobarde para llevarlo a cabo, por suerte para mí.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? La defensa de los Derechos Humanos y No Humanos.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una inmensa bola de hidrógeno y helio.

¿Cuáles son sus vicios principales? Los que provocan adicción.

¿Y sus virtudes? El optimismo, la paciencia y la capacidad de rodearme de personas hermosas.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? El pingüino nihilista del documental de Herzog. Ese que va a su rollo, en dirección contraria, dejando atrás a la colonia. Morirse es un poco eso.

T. M.