sábado, 21 de junio de 2025

Entrevista capotiana a Samuel del Estal

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Samuel del Estal.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Un lugar con el mar por delante y las montañas por detrás. Probablemente una ciudad pequeña en Asturias

¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero la gente. Mis pocos amigos y sentarme a charlar. Últimamente también a callar.

¿Es usted cruel? Era cruel. Me estoy volviendo compasivo con un gran esfuerzo.

¿Tiene muchos amigos? Pocos, media docena. Muchos conocidos. Demasiados.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que compartan, que hablen, que saquen temas. Que estén.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No. Si me decepcionan, perdono, pero me distancio un poco casi sin querer.

¿Es usted una persona sincera?  Trato de serlo, pero puede más la violencia que se genera a veces siendo sincero y entonces miento.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Hablando con amigos, leyendo, viendo cine.

¿Qué le da más miedo? La enfermedad, la barbarie.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La avaricia.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Ser cantante.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Natación, andar. Ando mucho.

¿Sabe cocinar? Sí, muy bien, por cierto. Postres, no, gracias.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A mi padre.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Ilusión.

¿Y la más peligrosa? Verdad.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Izquierdas.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Cantante.

¿Cuáles son sus vicios principales? Fumar. Lo estoy dejando. La pereza.

¿Y sus virtudes? Buen amigo. Escuchar.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Mi hija. Me imaginaría mi funeral.

T. M.