domingo, 7 de septiembre de 2025

Entrevista capotiana a Dayana Contreras

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Dayana Contreras.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? No tengo ese lugar, pero si no pudiera salir escogería estar cerca del mar. 

¿Prefiere los animales a la gente? No, prefiero la gente.

¿Es usted cruel? En general, no.

¿Tiene muchos amigos? No muchos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? La complicidad y la risa.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No con mucha frecuencia.

¿Es usted una persona sincera? Sí.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, mirando series, películas, quedando con amigas.

¿Qué le da más miedo? Montar en atracciones de feria.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La normalidad con que vemos las muertes en tiempo real .

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Detective, quizás.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Hace un tiempo estoy practicando yoga.

¿Sabe cocinar? Me defiendo bien en la cocina.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? a Cristina de Pizán.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Respira.

¿Y la más peligrosa? Funciona.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Nunca.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Las que no están reñidas con los derechos de las personas.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Mi gata.

¿Cuáles son sus vicios principales? La cerveza artesana y el vino.

¿Y sus virtudes? Sé guardar secretos.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Burbujas saliendo de mi boca. 

T. M.