miércoles, 10 de diciembre de 2025

Entrevista capotiana a Ignacio del Burgo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Ignacio del Burgo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? En algún sitio con mar y buen clima.

¿Prefiere los animales a la gente? Defiendo siempre la dignidad humana. Dicho ello, algunos animales son más leales que muchas personas

¿Es usted cruel? En absoluto. Sigo la máxima de tratar a todos como quiero que me traten.

¿Tiene muchos amigos? Conservo mis buenos amigos de la infancia. Son como una familia.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Franqueza y estar cuando se les necesita, sin juzgar.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Alguno lo habrá hecho, pero tengo mala memoria para eso.

¿Es usted una persona sincera? Lo intento siempre. Es más sencillo que fingir.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Con mi familia, mis amigos y escribiendo cuando surge la inspiración.

¿Qué le da más miedo? La pérdida de mis seres queridos.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La política basada en la mentira y la polarización que erosiona la convivencia.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Mi trabajo como abogado paga las facturas; escribir es vocación y forma parte de mi ADN.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Pasear. Mi forma de poner en orden la cabeza.

¿Sabe cocinar? A grandes rasgos, sí. Me gusta y me relaja.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?  Winston Churchill, por su complejidad y liderazgo.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Vida.

¿Y la más peligrosa? Fanatismo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Quizá, de niño, a algún profesor de matemáticas. Una tentación fugaz.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Soy un hombre de centro, decepcionado con la situación actual.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Periodista; y soñando a lo grande, actor.

¿Cuáles son sus vicios principales? Mi mujer diría que la impaciencia.

¿Y sus virtudes? El compromiso y la constancia; cuando creo en algo, persevero.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Mi infancia, mis padres y los rostros de quienes han marcado mi vida.

T. M.