lunes, 4 de julio de 2022
Una amistad bajo la batuta de Hitler
domingo, 3 de julio de 2022
Recomendando un libro sobre los Dire Straits en el programa de radio de Josep Cuní
sábado, 2 de julio de 2022
Entrevista capotiana a Marina Tapia
En 1972, Truman Capote publicó un original texto que
venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros
ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con
astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus
frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman
la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de
la vida, de Marina Tapia.
Si tuviera que vivir en un
solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? El Valle de Lecrín en
Granada. Su paisaje de naranjos que bordean la montaña, su tranquilidad, su
olor a azahar, su sencillez me transmite la calma que siempre busco.
¿Prefiere los animales a la gente? Depende de qué animal (me
dan miedo los perros) y de qué personas. Del reino animal elegiría a los
pájaros como compañía, y escogería a mi familia y amigos entre la gente.
¿Es usted cruel? No, no podría serlo, soy demasiado empática, y salta rápidamente un
instinto compasivo que traigo de serie.
¿Tiene muchos amigos? Muchos conocidos, y algunas buenas amigas. Mi impulso es relacionarme con
los demás, soy bastante social, aunque también muy independiente. Me encanta
tener mi espacio, disfruto mucho la soledad creativa, y la balsámica y a la vez
dinámica compañía de mi pareja. Parece una contradicción, pero gozo del
equilibrio entre estas dos actitudes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? No busco algo determinado,
pero agradezco las personas que son prudentes, que no desean destacar a toda
costa ni dominarte, que respetan tu espacio y que son positivas, que tienen
ilusión por vivir.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? En general no, no tengo unas
expectativas determinadas en la amistad. Y, si hay algo que me ha dolido, lo
digo con tranquilidad, aunque en general lo paso por alto. Suelo olvidar rápidamente
daños u ofensas: esto tiene sus pros y sus contras...
¿Es usted una persona sincera? Me gusta ser sincera si eso
es lo que pide la otra persona. Hay quienes buscan formas de relación ligera,
sin juicios de valor ni comentarios a lo que hacen. Eso también hay que
respetarlo, es parte de la libertad humana. Pero si tengo que decir algo,
siempre trato de buscar el momento y la forma en la que sincerarme, de no dañar
al otro, de no ser dominada por la rabia o el dolor. Todos los conceptos son
relativos, todos los sentimientos tienen sus matices y escalas, creo yo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, caminando, y
compartiendo con los míos. Y también intento estar sola, aunque sea un ratito
al día: me encanta el silencio, así que suelo buscar lugares apartados, o me
refugio en la habitación pequeña donde estudio ya que allí el ruido del mundo
parece más distante.
¿Qué le da más miedo? Las dictaduras que impiden
la libertad de expresión, que matan al que piensa diferente. La deriva
totalitaria y populista, la inconsciencia para con el planeta. También la
crueldad para con los menos favorecidos, la falta de escrúpulos de las élites
económicas y políticas.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? La violencia, en especial contra los que no se pueden
defender. Me cuesta verla incluso, aparto la cara, ni como posibilidad estética
me parece una opción.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Me hubiera gustado ser
profesora de una escuela rural, trasladar a otros el entusiasmo por la cultura,
por aprender, por reflexionar, por cuestionarse la realidad, por crear. O
trabajar en un invernadero de plantas de interior.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Camino a diario, callejeo
mucho o voy a los pinares que tengo cerca. Y nado cuando puedo. No me importa
qué época del año sea, nací en el Pacífico con mares muy fríos −hasta en verano−, así que puedo nadar
perfectamente en invierno. El mar te llena de energía, experimentas en él
sensaciones casi ancestrales.
¿Sabe cocinar? Sí, ¡me encanta! Sobre todo
aprender platillos nuevos. Siento curiosidad por cocinas de todo el mundo. Me
gusta jugar con la estética del plato, a algunos les llamo “platos poéticos”.
De hecho, estoy escribiendo un acercamiento poético al mundo culinario desde
distintos ángulos.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Escribiría acerca de mi
pareja, el escritor Ángel Olgoso. Tendría mucho que contar, rescataría lo que
no se aprecia tan claramente (ya que su literatura, por lo general, es más
oscura e inquietante) y él es una persona luminosa, imaginativa, alegre −hasta pícara− y con un exquisito humor
británico. Yo rescataría la parte humana y única de Ángel, su entrega para
conmigo.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Justicia.
¿Y la más peligrosa? Dudo entre ignorancia y
odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Nunca se me ha pasado por la
cabeza.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? A pesar del descrédito de
los políticos, ganado a pulso, sigo creyendo en un mundo donde exista un pacto
social, donde el bien común sea una prioridad, donde no esté el poder en manos
de unos pocos. Y el ecofeminismo me parece la síntesis más acertada para el
momento actual.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una planta trepadora o un
árbol.
¿Cuáles son sus vicios principales? Vicio, lo que se dice vicio,
no tengo. Aunque me gusta tomar una copita de buen vino de vez en cuando.
¿Y sus virtudes? Soy desprendida (me encanta
hacer regalos hechos por mí a otros) y
una buena oyente para los demás. Creo que tengo un espíritu tranquilo y
entusiasta e intento ver el lado positivo de todo y de todos.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Me imagino que abrazaría
mentalmente a mi hija y a mi pareja, a mi familia. Aunque la mente es
imprevisible y quizás pensaría que me faltó regar las plantas, por ejemplo, o
dónde estarán los de salvamento cuando se los necesita.
T. M.
viernes, 1 de julio de 2022
Entrevista en Radio Vallekas y Radio Almaina por "El fragmento honesto. Un diario de pasiones (2009-2021)"
jueves, 30 de junio de 2022
Entrevista capotiana a Mercedes Lezcano
En 1972, Truman Capote publicó un
original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló
«Autorretrato» (en Los perros ladran,
Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez.
Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y
costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista
capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Mercedes
Lezcano.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin
poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Es difícil elegir un
único lugar. Adoro Mallorca, París, Lanzarote… son los destinos a los que
regreso con frecuencia, pero vivo en Madrid y aquí está mi casa, mis recuerdos…
Sí, en los recuerdos con mi amor en nuestra casa está mi verdadero paraíso. Me
encerraría aquí rodeada de libros.
¿Prefiere los animales a la gente? Los
animales son más leales que la gente, pero me quedo con ambos.
¿Es usted cruel? Espero
que no.
¿Tiene muchos amigos? No.
Pocos/as, pero buenos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? No
busco nada. El error está en exigirle al otro algo. En la amistad tiene que
haber afinidad de pensamiento, de actitud ante la vida… y después basta con que
ambos tengan la certeza de que siempre estarás allí si el otro te necesita.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Alguno
me ha decepcionado, pero sin duda se debió a que, en realidad, no éramos
amigos. Fue un espejismo.
¿Es usted una persona sincera? No. Me
horroriza la gente absolutamente sincera. Prefiero las mentiras piadosas, hacen
más fácil la convivencia. Eso no significa que crea que haya que ir por ahí
mintiendo, si se puede es mejor el silencio.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo,
viajando.
¿Qué le da más miedo? El
dolor físico y mental.
¿Qué le escandaliza, si hay algo que le
escandalice? Me escandalizan y asustan los retrocesos que
sufren las democracias, como el caso de la derogación de la ley del aborto en
EEUU o la polarización que el desaprensivo Putin, con su invasión de Ucrania,
está exacerbando abocándonos a una posible tercera guerra mundial. Es asqueroso
que una única persona nos esté arrastrando hacia el infierno.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar
una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me encanta la política
internacional, otra opción sería la música.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Caminar.
Camino todos los días por el parque, por la ciudad. Me encanta callejear
descubriendo los tesoros ocultos de los barrios.
¿Sabe cocinar? Me
defiendo. A mi marido le encantaba como cocinaba, pero desde que él murió he
perdido la motivación.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir
uno de esos artículos sobre un “personaje inolvidable”, ¿a quién elegiría? A mi
marido Adolfo Marsillach, no hay nadie más inolvidable que él.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra
más llena de esperanza? Respeto.
¿Y la más peligrosa? Odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.
Todavía soy capaz de controlar mis bajos instintos.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Demócrata.
Socialista.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría
ser? Invisible. Me encanta conocer, observar sin ser visto. Sin
tener que interactuar.
¿Cuáles son sus vicios principales? El
aislamiento social. Creo que llevado al extremo que yo lo hago no es bueno, ni
está bien. La mayoría de la gente sufrió con el aislamiento que la pandemia nos
impuso, yo lo viví como una bendición pues tenía la excusa perfecta para no ver
a nadie. Y ahí sigo.
¿Y sus virtudes? Cuando
de joven aprendí a conducir, el profesor de la autoescuela viéndome conducir me
dijo: "se nota que es usted una persona muy considerada". Me
gustó esa observación en la que yo no había reparado. Creo que sigo siendo
considerada con los demás.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué
imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? ¿Un
flotador? ¿Una mano salvadora? No creo que en un momento así se esté para otra
cosa.
T. M.
miércoles, 29 de junio de 2022
Un artículo sobre Vic en "El Viajero" ("El País)
martes, 28 de junio de 2022
Entrevista capotiana a Alejandro Morellón
En
1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que
nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí
mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar
sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte,
forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra
cara, la de la vida, de Alejandro Morellón.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una biblioteca con piscina.
¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero a la
gente que prefiere a los animales.
¿Es usted cruel? En muy pocas ocasiones.
¿Tiene muchos amigos? Más que
camisas.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sean
buenas personas y que sea auténticos.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Casi nunca.
¿Es usted una persona sincera? Sí y no,
mentiría si dijera lo contrario.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, escuchando
música, viendo malas y buenas películas, estando con la gente con la que puedo
hacer todas esas cosas.
¿Qué le da más miedo? La soledad y
la falta de soledad.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? Aquello que debería estar en desuso pero todavía existe: las monedas,
los teléfonos en la pared al lado del inodoro, los escritores rancios, los
toros, Eurovisión.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una
vida creativa, ¿qué habría hecho? Jugador de la NBA.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? A veces salgo
a correr.
¿Sabe cocinar? Sí, pero nunca ganaría una
estrella Michelín.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de
esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Margo
Glantz.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena
de esperanza? Palabra.
¿Y la más peligrosa? Palabra.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, pero una
buena paliza sí me he imaginado dándole a alguien.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? De izquierdas.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Baterista de
jazz.
¿Cuáles son sus vicios principales? Soy un
hedonista.
¿Y sus virtudes? Soy un hedonista.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro
del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Pensaría en
cosas que flotan: barcos, troncos, manguitos, nutrias.
T. M.
lunes, 27 de junio de 2022
Recomendando dos libros sobre el autor de "El mago de Oz" y Judy Garland en el programa de radio de Josep Cuní
sábado, 25 de junio de 2022
Entrevista capotiana a Aitor Iturriza Mendia
En 1972, Truman
Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca
escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y
en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas
que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora,
extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la
que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Aitor Iturriza Mendia.
Si tuviera que vivir en un
solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Si pudiera pagarme una casa,
Donostia. Pero igual aprovecho la rigurosidad del cautiverio para seguir los
consejos de Chicho Sánchez Ferlosio y no levantarme de la cama.
¿Prefiere
los animales a la gente? Me quedo con la gente, que ya de por sí cubre un espectro amplio
de la fauna y puede enseñar, como decía Ángel González, al perro ser más perro,
al zorro más traidor y al león más feroz y sanguinario.
¿Es
usted cruel? Espero
que no.
¿Tiene
muchos amigos? Todos
los que quiero a mi lado cuando hay que celebrar o ponerse al pie del cañón
cuando las cosas vienen mal dadas.
¿Qué
cualidades busca en sus amigos? Tiendo a pensar que los amigos son como la familia, uno no los busca
ni los elige, le tocan.
¿Suelen
decepcionarle sus amigos? A veces, pero ¿quién no lo hace?
¿Es
usted una persona sincera? Intento serlo.
¿Cómo
prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo y andando en bici (por separado, claro).
¿Qué
le da más miedo? Tengo
miedos atávicos. Los mundos subacuáticos de los lagos, el vacío en las alturas
y los callejones sin salida.
¿Qué
le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? No hay muchas cosas que me
escandalicen, pero creo en aquello que decía Pasolini de que escandalizar es un
derecho y escandalizarse un placer.
Si
no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Pescador en las islas
Lofoten.
¿Practica
algún tipo de ejercicio físico? El ciclismo siempre que puedo.
¿Sabe
cocinar? No, pero lo
intento.
Si
el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos
sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Karmelo C. Iribarren.
¿Cuál
es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Harreman. En euskera
significa “relación” y viene de “hartu” y “eman”, es decir “recibir” y “dar”.
¿Y
la más peligrosa? Nunca.
¿Alguna
vez ha querido matar a alguien? No.
¿Cuáles
son sus tendencias políticas? En estos tiempos que corren me conformo con ser un demócrata.
Si
pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Guitarrista en una banda de rock.
¿Cuáles
son sus vicios principales? El principal al que tengo que poner freno es a la compra
compulsiva de libros.
¿Y
sus virtudes? Intento
ser honesto.
Imagine
que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían
por la cabeza? Un
atardecer en el bosque o la playa de Las Landas.
T. M.
viernes, 24 de junio de 2022
CapiNàs: la sabiduría de la juventud

En toda banda de música hay, con suerte, y si ha habido una
perseverancia y un trabajo arduos previamente, un punto de inflexión en que lo
que ha ocurrido en el pasado parece cuajar en un presente iluminador. Eso les
pasó a la banda de música CapiNàs este mes, cuando, la noche del día 11, la
sala barcelonesa La Nau se llenó para verles actuar en su propuesta de irresistible
rumba fusión. Una noche memorable y emotiva para los presentes.
Su líder, David González, compositor,
cantante y guitarra española, está acostumbrado a levantar al público de sus
asientos en los bares y eventos públicos en los que ameniza el rato de forma
absolutamente espectacular, conectando un sinfín de canciones sin apenas
respiro y haciendo bailar a diferentes generaciones. Ahora, con otros magníficos
músicos publica el álbum Visceral, y
el resultado no puede ser más apetecible.
Quererse a uno mismo al querer a otro, la
verdadera simplicidad del amor, dejarse de mandangas y fluir, el choque entre
la imaginación y la realidad, afrontar la vida de manera natural sin frustrarse
ante las cosas que no salgan como esperabas, el carpe diem de sentir que jamás seremos tan jóvenes como hoy… Estos
asuntos, más el simpático hecho de dejarse engatusar para acabar disfrutando de
una noche de fiesta –y en donde caben también cosas negativas, como la
precariedad laboral o los desengaños de la adultez–, es el trasfondo argumental
que se asoma a lo largo de una serie de canciones formidablemente pegadizas, en
catalán y castellano, con tonos salseros y una producción musical detrás
impecable de Carlos Manzanares.
González no es un poeta lírico; es un
escritor que, haciendo versos con el difícil ingenio de la sencillez, describe nuestra
prosa cotidiana, y ejemplifica lo que su banda y los jóvenes de su entorno
experimentan cada día: todos ellos, me parece a mí, tienen la desgracia de
vivir en un Occidente moribundo culturalmente, en que la desinformación y el
analfabetismo artístico e histórico están a la orden del día, en que no eres
nadie si no produces y en que la soledad te hace sentir nada. Y sin embargo, con
su modo de encarar el existir, con la valentía de ser felices y apuntarse a un
bombardeo, nos superarán a todos los que nos hemos cultivado con nuestra
pedantería de pacotilla, con una hiperestesia afectada por el miedo y los
prejuicios. Y es que su fresca mirada frente a la sociedad y la convivencia es
infinitamente más sabia que haber leído todos los libros, que haber escrito las
mejores páginas posibles.
Además, en algunas de las piezas surgen colaboraciones
diversas que dan color a una recopilación a la que pudiéramos “reprochar” que
sea demasiado breve (ocho temas), porque la calidad del conjunto da ganas de
más, mucho más; una de tales colaboraciones es la maravillosa voz aflamencada
de dos integrantes del grupo Maruja Limón, en la canción “Es lo que hay”. Una
pieza que, como todo el resto, encarna el humor, el coloquialismo, la sapiencia
de ser joven y ser consciente de ello, y que nos transmite la idea del
altruismo de la generosidad –con letras y melodías que arrancan sonrisas,
fuerza e ilusión–, de hacer dichosos a los demás, de recordarnos que hemos de
practicar eso que de repente sentimos al escuchar este conjunto de canciones y
que no podemos llamar más que alegría.
jueves, 23 de junio de 2022
Entrevista capotiana a Ruth Capriles
En 1972, Truman Capote publicó un original texto que
venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros
ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con
astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus
frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman
la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de
la vida, de Ruth Capriles.
Si tuviera que vivir en un
solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi biblioteca y mi jardín.
¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero a la gente, aunque
los animales son mejores personas.
¿Es usted cruel? No. He intentado sin éxito
comprender la crueldad; es el rasgo más distintivo pero incomprensible del ser
humano.
¿Tiene muchos amigos? Pocos buenos amigos y de
larga duración, aquellos dispuestos a soportarme.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? La creatividad y la ausencia de vanidad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? No; no espero más de lo que
me dan.
¿Es usted una persona sincera? Demasiado; digo lo que me
pasa por la cabeza antes de pensar dos veces. Y soy incapaz de fingir
sentimientos, lo cual más que virtud es inconveniencia.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo, oyendo música,
contemplando la naturaleza.
¿Qué le da más miedo? El poder; la vanidad de los
seres humanos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? La injusticia.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Siempre es posible ser
creativo en cualquier oficio. Si no hubiese decidido escribir me habría
dedicado a sembrar plantas y flores.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Me gusta la equitación y el
esquí, pero como práctica habitual hago Yoga.
¿Sabe cocinar? Sé cocinar y me gusta
inventar al hacerlo, pero sólo cuando estoy acompañada.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A un creador anónimo.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Amor.
¿Y la más peligrosa? Resentimiento.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, aunque con frecuencia
pienso que el magnicidio es justo y necesario.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Estar en contra de todas las
tendencias políticas.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Pianista.
¿Cuáles son sus vicios principales? La soledad.
¿Y sus virtudes? Pasarlo bien sola.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Aunque supongo que en semejante momento no se podría imaginar, si acaso ver
negro o, al contrario, ver la luz fuera del agua, es posible que me vinieran a
la mente, antes de perder el conocimiento, las caras de mis hijos.
T. M.
lunes, 20 de junio de 2022
Publicación de "El fragmento honesto. Un diario de pasiones (2009-2021)" (PUZ)
Escribió una vez E. M. Cioran que el fragmento es el único género honesto, y lo demuestra con este libro Toni Montesinos, un escritor que se atreve con temas personales, como apunta en el prólogo Germán Gullón. Se trata de «pequeñas joyas literarias, en las que se habla de literatura, de música, de cine, de poesía, de ensayo, de críticos engreídos, y de los autores sencillos, los verdaderos artistas». Así, a lo largo de una apasionada docena de años, el prolífico poeta, novelista, ensayista y crítico literario «da la medida de cómo se puede atrapar el presente en unos fragmentos, una red de vívida prosa, conjuntando una enorme cantidad de lecturas, de sus poetas y prosistas preferidos, sumadas a las vivencias personales, las visitas al cine, a las librerías, a las bibliotecas, los viajes, las visitas a los lugares icónicos del arte, museos, casas-museo de autores, y hacer de ello una rica literatura de la experiencia humana».
domingo, 19 de junio de 2022
Entrevista capotiana a Reyes Aguilar Caro
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Sevilla, intramuros. Vulgo de la Macarena, San
Luis y Santa Catalina, en una azotea, rodeada de unos pocos pero doctos, libros
juntos, que diría Quevedo.
¿Prefiere los animales a la gente? No, en
absoluto. Prefiero vivir, hablar y tratar con humanos, soy poco aficionada a
los animales aunque amo los gorriones y tengo un bodeguero ratonero que es la
alegría de mi vida, y que a veces, me hace dudar al pensar que quizás, sea
humano.
¿Es usted cruel? La crueldad es algo terrible, espero no haberlo sido nunca ni involuntariamente.
¿Tiene muchos amigos? No, tengo muchos conocidos. Mis
amigos de verdad, caben en un taxi.
Qué cualidades busca en sus amigos? Que estén
cuando se les necesita y no estén cuando no tienen que estar.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? Ningún
amigo me ha decepcionado, alguna decepción me he llevado, pero de gente que no
merece la pena y que de las cuales, ni me acuerdo
¿Es usted una persona sincera? De vez en
cuando meto un rollo, son necesarios para el devenir de la vida. La sinceridad
severa y dolorosa, no la practico, suelo ser diplomática, un eufemismo
necesario.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Me gusta
disfrutar de la vida desde la barra de un bar. Observo, leo, escribo y disfruto
de mi bicicleta, del carril bici de mi ciudad y su maravillosa temperatura.
¿Qué le da más miedo? La
enfermedad en los que quiero, y envejecer siendo dependiente.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? La ignorancia autoimpuesta.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Habría sido ceramista o
dibujante o arquitecta.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Voy en
bicicleta a todos sitios, como medio de transporte y como placer, me ayuda a
pensar y a sentirme bien por dentro.
¿Sabe cocinar? Sí, y bastante bien, tengo
una familia de excelentes cocineras y
una madre que hace el arroz con leche como nadie, de aquí y de allá, he acabado
guisando como ellas. Comer es de los mejores placeres de la vida.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Antonio
Machado.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Entusiasmo.
¿Y la más peligrosa? El atrevimiento de la
ignorancia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, pero
reconozco que no lamentaría la muerte de esa gente que ha provocado daño.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Una
Buendía, de Cien Años de Soledad, o la mujer que yo quiero, de Serrat.
¿Cuáles son sus vicios principales? La
puntualidad y la impaciencia, una copa o dos de vino por la noche y el
chocolate.
¿Y sus virtudes? La optimización del tiempo,
mi memoria y mi tesón. También soy muy alegre.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Me acordaría del día
de mi Comunión, el más terrible de todos, como la pesadilla eterna y en
contraposición, vería a mis hijos y oiría las voces de la gente que quiero.
T. M.
sábado, 18 de junio de 2022
Entrevista sobre "Muy al norte en el turbio mar. Una historia de la literatura inglesa" en el programa de radio de Josep Cuní
viernes, 17 de junio de 2022
Entrevista capotiana a Iván González
En
1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía
que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se
entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que
sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora,
extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la
que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Iván González.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir
jamás de él, ¿cuál elegiría? Una biblioteca al aire
libre.
¿Prefiere los animales a la gente? No.
¿Es usted cruel? Tengo otros defectos, ese absolutamente no.
¿Tiene
muchos amigos? No.
¿Qué
cualidades busca en sus amigos? Sabiduría, inteligencia y bondad.
¿Suelen
decepcionarle sus amigos? No.
¿Es
usted una persona sincera? Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo y escribiendo.
¿Qué
le da más miedo? La enfermedad.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La maldad humana.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Ser escritor, llevar una
vida creativa.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Camino.
¿Sabe cocinar? Sí.
Si
el Reader’s Digest le
encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a
quién elegiría? A mi
amigo, ya fallecido, José Luis de Vilallonga y Cabeza de Vaca. Un escritor
extraordinario al que nunca se valoró en España -sí en Francia- como merecía.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Bondad.
¿Y la más peligrosa? Intolerancia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.
¿Cuáles
son sus tendencias políticas? Como dijo Pérez Reverte –y yo suscribo-: “Yo no tengo ideología, tengo
biblioteca”.
Si
pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Escritor.
¿Cuáles son sus vicios principales? La escritura y la
lectura.
¿Y
sus virtudes? Creo que la bondad, la sinceridad, la tolerancia. Pero a
esto deberían responder los que me conocen.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Las personas que
quiero.
T. M.