lunes, 5 de diciembre de 2011

Mi prólogo a la poesía de Jaime Quezada

Foto: en el Mesón Nerudiano, Santiago de Chile


VIVO la alegría de tener ya en mis manos, gracias a la generosidad del editor Javier Sánchez Menéndez, que está haciendo una gran tarea en la editorial sevillana La Isla de Siltolá, un ejemplar del libro de poesía Así de cosas de arriba como de abajo, de Jaime Quezada.

He tenido la ocasión de firmar una presentación de este poeta chileno al que conocí en el verano del 2004. Ambos estábamos invitados a dar una conferencia en el “Seminario Pablo Neruda y la poesía española”, organizado por la Universidad Menéndez Pelayo de Santander, con el profesor Jorge Urrutia a la cabeza.

Yo, tímido y joven, leí un texto que luego acabaría ingresando en mis ensayos Experiencia y memoria: “Poesía de la soledad en el viaje: Residencia en la tierra de Pablo Neruda”. Jaime, con una trayectoria impresionante como nerudiano y mistraliano, viajero, poeta y estudioso que yo por entonces desconocía, habló de Neruda con un estilo muy característico: firme y tierno, elocuente y suave, declamativo y soñador.

Luego, la vida transcurrió, y en noviembre del 2009 me llegó la dicha de reencontrame con él en su país, con motivo de la Feria del Libro de Santiago de Chile, una experiencia maravillosa que jamás le podré agradecer lo bastante. Y ahora llega la conexión total, textual, libresca: yo convocando su verbo y su vida con unas páginas que he titulado “Bautismo del fin del mundo”, y él contestándome, contestándonos a todos con sus asombrosos poemas.