lunes, 26 de diciembre de 2011

Un autor fiel a sus hábitos


Muy pocos sabrán de quién hablamos si mencionamos a David John Moore Cornwell, pero si pronunciamos el seudónimo que eligió para dar a conocer sus obras, John Le Carré (1931), todo cambiará. Incluso muchos habrán conocido sus historias sin abrir ni uno sólo de sus libros, tal es la cantidad de adaptaciones al cine que se han hecho de sus novelas de espionaje y suspense: «El espía que surgió del frío», «La casa Rusia», «El sastre de Panamá», «El jardinero fiel»…, o incluso a la televisión, como cuando la BBC llevó a la pequeña pantalla «El topo», en 1979, con Alec Guiness encarnando al agente George Smiley, protagonista de cinco de sus novelas.

Como en su momento Graham Greene, otro autor exitoso como narrador y en el ámbito del cine, John Le Carré (en la imagen) también gozó de una formación académica elitista (Berna, Oxford, Eton), tuvo una considerable relación con el poder (fue diplomático del Gobierno británico en los sesenta) y al cabo se especializó en un tipo de narrativa que conjugó política –a menudo con el trasfondo de la Guerra Fría– y tramas siempre ligadas a los grandes movimientos de la sociedad internacional, ya fuera terrorismo o fraudes económicos. Ochenta años le contemplan, y aún está activo, lúcido, fiel a sus hábitos: pasear, beber, nadar y, sobre todo, escribir.

Publicado en La Razón, 23-XII-2011