domingo, 7 de abril de 2013

Entrevista capotiana a Cristian David López


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él el autor el escritor estadounidense se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Cristian David López.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
El vientre de mi madre.
¿Prefiere los animales a la gente?
A los animales racionales, aunque me encantan los perros.
¿Es usted cruel?
Sí, sobre todo con la gente que me quiere.
¿Tiene muchos amigos?
Creo que sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna, los acepto como vengan, sin etiquetas.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No tanto como yo a ellos.
¿Es usted una persona sincera? 
Sincero al cien por cien no, a veces tengo que mentir para ser feliz o para no hacer infeliz a alguien.                 
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Con mi mujer, un libro, una película, los amigos y a veces solo, absolutamente solo.
¿Qué le da más miedo?
Perder completamente la ingenuidad.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Que haya gente que muera de hambre.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Ser naturalista o presidente de mi país.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Hasta los 16 años practiqué el fútbol; luego me lesioné la rodilla y ya nunca más volví a tocar una pelota. El único ejercicio físico que ahora practico es caminar y caminar.
¿Sabe cocinar?
Más que comer. Me encanta, es lo más creativo que hay. La cocina para mí es un descubrimiento sin final. Cocinando disfrutan nuestros cinco sentidos. 
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Elegiría a escribir sobre Thomas Edward Lawrence, un personaje incansable. Me inspira su fortaleza.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Voluntad.
¿Y la más peligrosa?
Pereza.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
A Eva por hacer que nos expulsaran del paraíso.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Me gusta la política que se preocupa y protege sobre todo a la gente más necesitada. Aquella que haga una buena distribución de la riqueza. Y que haga posible que cualquier persona pueda acceder a la salud, a la educación, que es una de las formas de acabar con tanta pobreza.  
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Siempre quise ser Batman.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El desorden, la desatención, y el aprender las cosas solo a medias.
¿Y sus virtudes?
Querer mejorar cada día.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
La imagen que me gustaría que se me pasara por la cabeza en el momento de ahogarme es pesar que es una pesadilla de la que voy a despertar siendo otra vez niño.
T. M.