viernes, 14 de febrero de 2014

Entrevista capotiana a Antonio Serrano Cueto


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Antonio Serrano Cueto.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Un bosque encantado.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero a la gente que ha logrado domesticar su animalidad.
¿Es usted cruel?
No de acción, aunque a veces sí de pensamiento.
¿Tiene muchos amigos?
Los suficientes. Los que se emborracharán a mi salud cuando me vaya.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Afecto, paciencia y humor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No es frecuente.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, salvo en las entrevistas.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
¿Qué cosa es el tiempo libre? Siempre estoy ocupado en escribir, leer, ver cine, escuchar música, pasear con mi mujer, atender a mi hija o a mi madre, cocinar, preparar clases o un artículo de investigación, asistir a un acto cultural, a una exposición, viajar, amar de cuantas maneras soy capaz, beber cerveza…  
¿Qué le da más miedo?
Acabar la vida siendo un despojo dependiente de las personas que quiero.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Que en pleno siglo XXI no seamos capaces de borrar de un plumazo a toda la clase política y empezar desde cero.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Nunca decidí ser escritor. Es labor que compagino con la vida universitaria (aunque a veces cuesta). Pero, puestos a imaginar, hubiera preferido ser un personaje de ficción. Por ejemplo, el Barón Rampante de Italo Calvino.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
A veces nado en piscina. A diario camino mucho.
¿Sabe cocinar?
Sí. Es una vieja ocupación. Me pongo un 7.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Marco Polo.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Aurora.
¿Y la más peligrosa?
Dogma.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, pero sí he querido que se muera.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
A la izquierda de Charlize Theron y a la derecha de John Coltrane.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Una libélula.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Casi todos los bucales.
¿Y sus virtudes?
La contención, cuando se tercia, de los vicios bucales.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
La de dos hombres admirables bajando al Infierno: Virgilio y Dante.
T. M.