viernes, 26 de septiembre de 2014

Entrevista capotiana a Gustavo García Arenas

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Gustavo García Arenas.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Uno que tuviera acceso gratuito y conexión ilimitada a Internet.
¿Prefiere los animales a la gente?
La gente, en especial, a las mujeres.
¿Es usted cruel?
No, no me gusta para nada la crueldad.
¿Tiene muchos amigos?
Sin exagerar. Podría tener más…
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Compartir lo que más pueda.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Algunas veces, no más de lo que puede decepcionar alguien que de por sí es diferente a uno.
¿Es usted una persona sincera?
Bastante… Entre más, mejor.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Viajando, leyendo, y luego escribiendo…
¿Qué le da más miedo?
Lo desconocido.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La corrupción, la capacidad de dañar al otro.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Si tuviera otras opciones, serían igualmente creativas pero en otros campos, como el arte, la música.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
El baile, aunque nunca es tarde para empezar…
¿Sabe cocinar?
Si me lo propongo, aunque prefiero comer.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Giacomo Casanova, a Giordano Bruno y a la mayoría de los condenados por la Inquisición.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Amor.
¿Y la más peligrosa?
Traición.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
He llegado a odiar a alguien…
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Justicia social y una mayor distribución de los recursos y las oportunidades.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Músico o artista plástico.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los míos.
¿Y sus virtudes?
La sinceridad.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Muriendo, se me vienen “La primavera” de Botticelli y “El jardín de las delicias” de El Bosco, al compás de Carmina Burana…

T. M.