miércoles, 26 de agosto de 2015

Entrevista capotiana a David Rivera

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de David Rivera.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Cualquier lugar me haría feliz si ella estuviera conmigo. Soy un solitario con la fobia de estar solo.
¿Prefiere los animales a la gente?
La gente sin duda alguna.
¿Es usted cruel?
No. Odio la crueldad.
¿Tiene muchos amigos?
Nunca se trata de cantidad sino de calidad.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que sean pacientes conmigo, leales y divertidos.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No suelen, pero a veces pasa.
¿Es usted una persona sincera? 
Ahora sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Nunca lo sé, depende del momento. Caminar, correr, pintar, escribir, tocar la guitarra, no hacer nada o hacerlo todo.
¿Qué le da más miedo?
La apatía. La falta de ilusión. Las horas lentas.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Nada. Soy muy libre y permito que los demás también lo sean.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
No me considero escritor sino más bien un artista inquieto al que le encanta provocar a los sentidos.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí. Todo el que puedo.
¿Sabe cocinar?
Estoy en ello.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Ernest Shackleton. Un aventurero maravilloso. Bernard Moitessier. Un navegante en solitario.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Alegría.
¿Y la más peligrosa?
Poder.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
No creo en la política actual.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Mujer.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Eso es un necesario secreto.
¿Y sus virtudes?
Constancia, perseverancia e ilusión.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mis momentos más maravillosos y la consciencia de haber vivido enormemente feliz.

T. M.