lunes, 24 de agosto de 2015

Entrevista capotiana a Jesús Nieva

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jesús Nieva.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Desde luego en una isla tranquila, con maravillosos amaneceres y puestas de sol, con amplias playas de arena blanca y aguas trasparentes. Con una magnífica visión de las estrellas por la noche y una cascada de aguas puras entre la vegetación. O sea, el paraíso.
¿Prefiere los animales a la gente?
El amor es el secreto para que evolucione la humanidad. El amor no hace distinción entre personas, animales o cosas. Se ama todo lo que existe porque todo existe para que podamos ser felices. El amor es distinto, pero no excluyente ni admite comparaciones.
¿Es usted cruel?
Quizás lo que más cuesta es saber perdonarse a uno mismo. Por lo demás, no. No soy cruel.
¿Tiene muchos amigos?
La cantidad no indica el grado de satisfacción por la amistad. ¿Hay personas dispuestas a dar su vida por mí o yo por ellos? Sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Un amigo se hace desde el amor y cuando se ama ya no hay cualidades que valgan. La amistad está por encima.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Un amigo nunca decepciona. Se le acepta como es.
¿Es usted una persona sincera? 
Lo suficiente como para que se me conozca por las actitudes y no por lo que digo. Decir siempre lo que se piensa no es bueno.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
¿Libre? Todo es libertad. Yo ocupo siempre mi tiempo: En clase, con la lectura, la  escritura, el teatro y el cine; con el deporte, con la guitarra, con los amigos, con mi familia, en el jardín o pensando.
¿Qué le da más miedo?
Detrás del miedo solo hay miedo. El miedo son pensamientos negativos y yo trato de excluirlos de mi vida.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Escandalizar es una expresión que no contemplo. No me gusta la pasividad con que aceptamos el sufrimiento de seres. Las desigualdades entre razas y culturas. La negatividad de las noticias de cada día y la crueldad con que se afrontan. La facilidad con que olvidamos la historia de la humanidad para volver a cometer los mismos errores. La deshumanización del progreso.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Soy maestro antes que escritor. Desde luego, ser maestro ha sido, es y será el ideal de mi vida.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Claro, he jugado a balonmano, baloncesto y voley. He sido ciclista, futbolista y maratoniano. Sigo saliendo a correr siempre que puedo.
¿Sabe cocinar?
Cocinar, cocinar... no. Paellas, calderetes y tortillas de patata. Algunos guisos sencillos.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Francisco de Javier. El navarro universal patrón de Navarra y de las misiones. La humanidad necesita modelos como él.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
La he repetido varias veces. Amor.
¿Y la más peligrosa?
Hay muchas que mal entendidas o aplicadas resultan muy peligrosas: odio, segregación, racismo, nacionalismo, frontera...
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Es un primer pensamiento que dura unos pocos instantes... creo que matar, matar... consigo matar esos pensamientos.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Las de ayudar a los demás siempre que pueda y en todo lo que pueda. Contribuir a que los demás sean un poquito más felices después de mi paso por este mundo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Me gusta ser lo que soy.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No saber decir que no. No creer en lo imposible.
¿Y sus virtudes?
Pues las mismas. Saber aceptarme como soy. Trabajar y luchar por mis sueños.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
En el momento que supiera que ya me enfrento a la muerte trataría de recoger los momentos más felices de mi vida y decirme... feliz para siempre.

T. M.