domingo, 27 de marzo de 2016

Entrevista capotiana a Jorge Pinilla Tenas

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jorge Pinilla Tenas.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Las islas de Hawái.
¿Prefiere los animales a la gente?
No, me gustan ambos, pero mis iguales son la gente.
¿Es usted cruel?
No, pero podría llegar a serlo con los crueles.
¿Tiene muchos amigos?
No.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Honradez, lealtad y sentido del humor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, me cuesta mentir, y no me gustan las mentiras.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Con las personas a las que quiero y al aire libre.
¿Qué le da más miedo?
La soledad y la falta de amor.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La impunidad de la mentira.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Trabajar y divertirme en mi tiempo libre.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Ciclismo, pasear por los campos y montañas. Quiero empezar con el tiro con arco.
¿Sabe cocinar?
Sí, y disfruto mucho haciéndolo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Teresa de Calcuta.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Niños.
¿Y la más peligrosa?
Ignorancia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No realmente, pero he odiado, y se me hace muy desagradable odiar, me hace peor.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
La crítica constructiva al poder como método de control al mismo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Investigador clínico.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El exceso de pensar.
¿Y sus virtudes?
La generosidad y la entrega.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mis hijos, mi familia y mi pareja si la tuviera.

T. M.