sábado, 30 de abril de 2016

Entrevista capotiana a Cindy Jiménez-Vera

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Cindy Jiménez-Vera.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La imaginación.
¿Prefiere los animales a la gente?
A las bestias, que es más inclusivo.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
Sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Los amigos surgen, no se buscan. Los tengo con todas las cualidades imaginables.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Sí, y yo a ellos, sin duda.
¿Es usted una persona sincera? 
Lo dijo Antonio Machado: Se miente más de la cuenta por falta de fantasía. Hasta la verdad se inventa.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Quitándome el reloj de la muñeca.
¿Qué le da más miedo?
Lo que me aterraba más en el mundo ya sucedió. Mi madre ha muerto, así que vivo en el terror más grande que jamás imaginé.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La indiferencia.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Ser astronauta.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Caminar.
¿Sabe cocinar?
Sí.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Moll Flanders.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Mami.
¿Y la más peligrosa?
Mami.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Libertarias.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Astronauta.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Comer.
¿Y sus virtudes?
Comer.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Que falta poco para que ya no me duela la partida de mi madre en todo el cuerpo. Ya no tendré miedo.
T. M.