lunes, 12 de septiembre de 2016

Entrevista capotiana a Víktor Gómez

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Víktor Gómez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Valencia, si entendemos por lugar una ciudad o espacio grande. Una inmensa biblioteca, si entendemos un espacio pequeño.
¿Prefiere los animales a la gente?
No, prefiero a la gente, lo cual no excluye que los animales tienen que ser como mínimo respetados y protegidos, a ser posible amados también; y no tolero el maltrato animal, sea legal o no.
¿Es usted cruel?
No por naturaleza, quizá excepcionalmente he sido cruel alguna vez. En cambio a nivel pensamiento interno, hay veces que soy cruel en las valoraciones hacia los otros, cosa que cuando detecto –me reviso mucho– corrijo. La crueldad, como el odio, son daños que nos auto-infligimos proyectándoselo a los otros. Quien odia o es cruel con otro, no es dueño de sí.
¿Tiene muchos amigos?
Los suficientes, más de 1 menos de 5.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Los amigos se constituyen en tales en el transcurso de los años, la convivencia, las complicidades, las lealtades, y un “algo” indefinible por mí. Desde luego valoro mucho que sean generosos, simpáticos, inteligentes emocionalmente, valientes. Lo que más admiro de una persona es su capacidad de compasión.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No, me decepcionan los conocidos con los que estableces vínculos cordiales y de colaboración en proyectos vitales, profesionales o políticos, con los que pasaste mucho tiempo y superaste muchas dificultades y en un momento dado son desagradecidos o inmaduros emocionalmente o se les va la pinza por un poco de poder. Mi mejor amigo es mi mujer. Luego un par de personas o tres, a lo sumo. Y no, no me han decepcionado nunca. Si que hemos discutido, si que hemos cometido errores. Pero ha podido la amistad a esas faltas humanas tan comprensibles dentro de nuestra fragilidad y nuestra imperfección. Al final, siempre me han perdonado o les he perdonado esas faltas o daños que se hayan podido producir y la amistad ha salido reforzada.
¿Es usted una persona sincera? 
¿Quiere que le responda sinceramente o políticamente correcto? Soy sincero en muchas ocasiones, salvo cuando por circunstancias preciso mentir. A veces miento por no herir a otros y otras veces para que no me hieran a mí. También depende de qué entendemos por mentir. Si entendemos por mentir, aprovecharnos de otros engañándoles para beneficio propio, no miento desde hace más de 12 años.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Con la cultura del libro, leyendo, escribiendo, conversando. Viajando. Con amigos. Con mi mujer y mis hijos. A solas con mi mujer. Y todas estas cosas, no por un orden concreto, depende del momento. Los mejores momentos de mi vida han sido fruto de situaciones amorosas, en un sentido amplio y también en un sentido concreto.
¿Qué le da más miedo?
El dolor crónico de perder a mi mujer, que ella muriese antes que yo. Y a su vez, quedarme en una situación de salud en la que fuera totalmente dependiente de terceras personas.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
El Patriarcado, El Capitalismo, El Fanatismo religioso o ideológico y sus gravísimas consecuencias a nivel ecocidio, holocaustos, cárceles, torturas, violaciones, guerras, hambre, daños físicos o psíquicos.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Judoka a tiempo total, como disciplina del cuerpo, la mente y el espíritu.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Ahora, como cardiópata, andar una hora diaria o correr moderadamente en la cinta del gimnasio.
¿Sabe cocinar?
Muy pocas cosas, y sencillas. Eso que no es cocinar sino pasar por la plancha de asar algo, o hervir pasta, o hacer tortillas.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Sherlock Holmes, sin duda.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Nosotros.
¿Y la más peligrosa?
Yo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No. Pero sí que destierren en la Isla de Ostra, sin comunicación con el exterior, a más de un impresentable.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Que todo ser viviente tenga libertad, posibilidad de una vida digna, sin amos, sin multinacionales, sin servidumbres voluntarias al Poder. La comunidad inconfesable, que aprendamos a convivir desde las diferencias y singularidades, que el bien común sea la consigna social y el amor el modo de entender lo político y lo íntimo. Que nadie se sienta con derecho de poseer a nadie, sea hombre o animal, como una propiedad. La generosidad. El disfrutar jugando como adultos que resuelven problemas para una vida mejor y no someterse a trabajos alienantes. Igualdad de derechos y responsabilidades entre los géneros, pueblos, culturas.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Viktor Gómez tal y como yo lo ensueño que podría ser si fuera más valiente.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los que sé ocultar (creo), la vanidad, el egoísmo y ser a veces un poco cobarde.
¿Y sus virtudes?
Eso sólo lo pueden decir los otros, lo que yo diga al respecto carece de importancia.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mis padres, mi mujer, mis hijos.
T. M.