miércoles, 25 de enero de 2017

Entrevista capotiana a Silvia Herreros de Tejada

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Silvia Herreros de Tejada.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una biblioteca. La de Babel, si es posible.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero a la gente, que me contesta con palabras.  
¿Es usted cruel?
¿Acaso no lo somos todos? Pensé mucho en este tema al crear los personajes de mi novela La mano izquierda de Peter Pan. Son mezquinos porque tienen tan claros sus deseos que están dispuestos a casi todo -dentro de sus parámetros morales- para conseguirlos. Poseer ese atisbo de crueldad, sin embargo, no los convierte en “malos”. Hay determinados escenarios vitales en los que no está de más ser cruel.
¿Tiene muchos amigos?
Sí. En distintos grados. 
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que formen parte de recuerdos inolvidables. Que no desaparezcan, a pesar de las circunstancias vitales. Que siempre me apetezca verles. Que me sorprendan. Que me proporcionen placer y evasión. Que me enseñen cosas. Que saquen lo mejor de mí. Que me inspiren.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
No siempre.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Viajando, leyendo, viendo películas.
¿Qué le da más miedo?
La vejez. O -lo que no es lo mismo- dejar atrás la juventud por completo.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La intolerancia. La falta de empatía.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Además de escribir, soy también académica, profesora y traductora. Claro que eso también implica creatividad… La verdad es que no lo sé, siempre tuve muy claro el camino.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Caminar. En mis Planes de Reforma Vital siempre entra hacer más ejercicio, pero no acabo de encontrar el hueco. ¿Leer se considera ejercicio físico?
¿Sabe cocinar?
Algo. Sobre todo, me encanta que me cocinen.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
James Matthew Barrie (algo que, en mi caso, es bastante obvio, porque he escrito sobre él en mis dos libros publicados).
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Hogar, en el sentido literal y simbólico.
¿Y la más peligrosa?
Unheimlich. La palabra alemana que alude a la angustia, a lo ominoso o “no familiar”. En los cuentos de hadas, el unheimlich nos confronta con la noción de que el mundo que creemos conocer aloja también otros muchos: extraños, peligrosos y aterradores.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Al pensarlo detenidamente, me resulta curioso que la respuesta sea un “no” rotundo.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Políticamente, soy escéptica.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Una sirena (aunque no la del cuento de Hans Christian Andersen).
¿Cuáles son sus vicios principales?
El alcohol, el tabaco, y el rock and roll.
¿Y sus virtudes?
La capacidad de escucha. Contagiar diversión. Una energía desbordante.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Las ráfagas de la vida que no fue, pero pudo haber sido.
T. M.