jueves, 1 de junio de 2017

Entrevista capotiana a Paul Pen

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Paul Pen.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi casa.
¿Prefiere los animales a la gente?
No.
¿Es usted cruel?
Tampoco.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo un número adecuado.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que nos resultemos interesantes.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, aunque no me gusta soltar verdades que puedan hacer daño.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Un picnic al aire libre me parece un plan perfecto.
¿Qué le da más miedo?
La enfermedad. Mucho más que la muerte.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
No me escandalizo mucho.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Sería camarero en un diner en Estados Unidos. 
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Mucho.
¿Sabe cocinar?
Mi plato favorito, los espaguetis a la boloñesa, me salen muy bien.  
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Harvey Milk.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Mañana.
¿Y la más peligrosa?
Ayer.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Una mezcla de todas.  
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un cactus.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La comida. 
¿Y sus virtudes?
Queda feo decirlas uno mismo.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Procuraría no entretenerme con ningunas imágenes sino tratar de nadar más fuerte.

T. M.