viernes, 29 de septiembre de 2017

Entrevista capotiana a Inés Olalla

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Inés Olalla.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La metrópoli más grande del planeta. Me encantan las grandes ciudades, el anonimato, la libertad y la mentalidad abierta que proliferan en ellas. Necesito estar rodeada de gente. Y aun así, si no pudiera salir sería terrible porque adoro viajar y conocer lugares nuevos. Odio el aislamiento.
¿Prefiere los animales a la gente?
No, prefiero a las personas porque pueden elegir, y si hay algo que amo en este mundo es la libertad. Esto no quiere decir que no me gusten los animales, aunque después de los humanos prefiero a las plantas antes que a ellos. Siempre me ha fascinado lo vegetal. Y la humanidad, con sus luces y sus sombras.
¿Es usted cruel?
No, para nada.  De hecho, soy incapaz de serlo. Ni intentándolo a conciencia podría serlo, ni siquiera por venganza.
¿Tiene muchos amigos?
Sí, aunque siempre he sido bastante reservada y, por ello, prefiero tener pocos amigos, pero de confianza y con una relación verdadera y profunda, antes que muchos amigos con una relación más superficial. Pero durante toda mi vida he tenido muchísima suerte con la amistad, siempre he tenido estupendos amigos a mi lado, aunque muchos hayan ido cambiando, y es algo que valoro muchísimo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Sentido del humor, inteligencia, honestidad y algo de excentricidad, me encanta la gente creativa y un poco loca.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No, en general. Ya digo que siempre he tenido mucha suerte.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, incluso demasiado. No sé fingir (aunque a veces me convendría saber hacerlo).
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Escribiendo, leyendo, componiendo, tocando o escuchando música, aprendiendo… También paseando y charlando con amigos y/o mi pareja delante de una cerveza. Y, como ya he comentado, disfruto muchísimo viajando.
¿Qué le da más miedo?
La locura y la soledad.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Los abusos de poder, la crueldad con los más débiles, la insolidaridad, la injusticia. En estos días, la corrupción política y la manipulación descarada de los medios de comunicación. Me parece, por ejemplo, indignante la cortina de humo y odio que se está creando en torno a Cataluña para tapar la corrupción de los mismos partidos políticos que, precisamente, han generado y avivan día a día el fuego de esta polémica perfectamente manufacturada.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
No soy escritora a tiempo completo, soy también profesora de literatura en un instituto y me encanta enseñar (aunque las condiciones en que lo hacemos actualmente sean penosas). También he sido periodista y formo parte de los grupos de música Blacanova y Martes Niebla (este último está empezando a gestarse ahora mismo). Es muy difícil vivir dedicándose exclusivamente a un trabajo creativo, artístico, hoy día, y es una pena, porque resulta complicado y agotador compaginar lo artístico con otros trabajos.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Lo intento, pero casi siempre sin éxito por falta de tiempo. Me gusta mucho nadar, pasear y hacer senderismo, pero si tengo que elegir entre estas actividades y otras como leer, escribir, escuchar o hacer música… al final siempre ganan las últimas.
¿Sabe cocinar?
Me encanta comer bien pero no me gusta nada cocinar, así que ahí tengo un pequeño problema.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Supongo que a Virginia Woolf o a Oscar Wilde. Siempre han sido referentes para mí tanto por su obra como por la forma en que vivieron.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Tendría que quedarme con dos: libertad y amor.
¿Y la más peligrosa?
Fanatismo, certeza u odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No realmente. Y jamás lo haría. Pero todos hemos albergado, aunque sea instantáneamente, oscuras fantasías…
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Muy a la izquierda. Soy demócrata, pero anarquista de corazón.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
No hay nada que me guste más que ser escritora y música, la verdad.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La inseguridad, cierta tendencia a la depresión y a dar demasiadas vueltas a las cosas.
¿Y sus virtudes?
La empatía, la generosidad y la capacidad de dudar, de mantener la mente abierta.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Ojalá fueran imágenes felices de las personas a las que quiero… ¡esperemos no tener que averiguarlo nunca!
T. M.